El Paraíso Perdido de John Milton ilustrado por Gustave Doré

Lucifer by Gustave Doré

Seguimos con la fiebre de las ilustraciones del siglo de Oro, esta vez es el turno de mi favorito, el gran Gustave Doré. Para iniciar con Doré iremos por mis favoritas, su trabajo para el Paraíso Perdido de John Milton, aquél magnánimo y controvertido poema que reivindicaba la imagen del mismísimo Lucifer al dotarlo de virtudes prometeanas, una víctima de las circunstancias, un rebelde, un mártir que lucha contra su creador y la autoridad de éste, ya que piensa que no es justo someterse a él por el sencillo hecho de haberlo creado, este Lucifer prometeano lucha bajo la consigna: «Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo«.

Gustave Doré, (Estrasburgo, Francia, 6 de enero de 1832 – París, Francia, 23 de enero de 1883) quien ilustró cientos de obras entre los que se cuentan Don Quijote de la Mancha, la Divina Comedia, cuentos infantiles, y hasta la Biblia. Famoso por sus escenas épicas llenas de dramatismo, logra en el Paraíso Perdido su punto álgido, como podemos ver en la ilustración del encabezado, logra capturar perfectamente aquella expresión de víctima, de incomprensión, aquella mirada al vacío, Lucifer no tiene a quién acudir, está completamente solo, mira hacia arriba sabiendo que no habrá nada ni nadie, está solo, depende de él y nadie más, un Lucifer que logra cautivar por completo. Lucifer es el protagonista del poema, y esta fue la primera ilustración de Doré que logró conmoverme completamente y me convenció de leer el poema de Milton. Lucifer es mostrado como un hermoso ser, inconformista, insatisfecho, que captura al lector completamente con su elegancia y estratagemas a la hora de lograr sus cometidos. Es este Lucifer que a pesar de su envidia por los nuevos seres terrenales, los usa para «vengarse» de su creador,  llevándolos a cuestionarse la razón de su existencia e ir más allá, aunque eso signifique el pecado y el fin de su felicidad, pero felicidad a qué precio, ¿al precio de vivir para siempre en la ignorancia? ¡No! Lucifer les ofrece la oportunidad a Adán y Eva de conocer y saber.

“Los Dioses fueron los primeros que existieron, y se prevalen de esta ventaja para hacernos creer que todo procede de ellos, pero lo dudo, porque, al paso que veo esta hermosa tierra que con el calor de los rayos del sol produce tantas cosas, ellos no producen nada. Si lo producen todo, ¿quién ha encerrado la Ciencia del Bien y del Mal en este árbol, de tal suerte que el que come de su fruto adquiere al momento la sabiduría sin su permiso? ¿Cuál sería la ofensa del hombre por alcanzar este conocimiento?”

John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608 – ibídem, 8 de noviembre de 1674) crea este poema con más 10.000 versos escritos sin rima. Epopeya sobre el bien y el mal, el infierno y el paraíso, expuestos como estados de ánimo, la exploración psicológica de estos personajes bíblicos que ya forman parte del inconsciente colectivo, y sus móviles ‘reales’ para sus acciones y consecuencias. En la obra se da un vuelco total a la imagen sacra de estos personajes: aquí Adán no es el ingenuo del Génesis, sino un ser lleno de curiosidad ansioso por descubrir el misterio de la existencia, alguien que abandona todo -incluso la vida eterna- por su amor a Eva. Eva es mostrada como una mujer en extremo hermosa y vanidosa, al ser consciente de su belleza y del amor que Adán le tiene, no duda en manipularlo de cuando en vez, pero no deja de ser una esposa abnegada y fiel. Los arcángeles son seres sometidos y prácticamente irracionales, que defenderán a su creador por sobre todas las cosas. Aquí Dios es descrito como un engreído, egoísta, altanero, omnipotente, un ser a cual el poder se le subió a la cabeza y ha perdido total control de sus actos.

“El Espíritu lleva en sí mismo su propia morada y puede llegar en sí mismo a hacer un Cielo del Infierno o un Infierno del Cielo”

Imaginen lo que sería este poema significó para los puristas cristianos del siglo XVII, si este poema era escrito un siglo atrás, o en la España católica, es seguro que lo habrían condenado a la hoguera o peores castigos, tachándolo de hereje e inmoral entre otros improperios muy de la inquisición.

Para lograr entender el poema de Milton en su totalidad hay que tener un conocimiento enciclopédico de mitos y leyendas de la antigüedad, griegos sobre todo. El uso magistral del lenguaje, el inglés fusionado con latín y griego antiguo, más la sintaxis y prosa única, hacen del documento algo difícil de digerir en primera instancia, y por supuesto en extremo complicado de traducir, es por esto que literatos a lo largo de la historia recomiendan leerlo en su idioma original, y es muy difícil encontrarlo traducido de hecho. Pero la magia del internet nos ha hecho llegar una hermosa versión traducida que dejo a su disposición:

John Milton – Paradise Lost [PDF- Español]

Ahora sí, disfrutemos de las ilustraciones de Doré:

Lucifer

 

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