William S. Burroughs y sus horribles anécdotas en Ecuador

William S. Burroughs

En cada país existen multitud de mitos urbanos sobre artistas visitando sus tierras en busca de drogas, sexo, y más drogas. Acá en Ecuador, por ejemplo, existe un mito que se puede decir está arraigado y que se transmite de generación en generación -un mito de aquellos supongo vive en cada país-, este mito dice que estrellas como Syd Barrett o Jimi Hendrix (entre muchos otros) vinieron a nuestro país en busca de hongos alucinógenos o ayahuasca. Como sabemos todo mito tiene algo de realidad en el fondo, así que siempre me preguntaba de dónde habrán sacado que estrellas tan estratosféricas como éstas visitaron el país. Claro, luego investigaré más a fondo este mito porque estoy seguro que algún rock star en verdad pisó nuestras tierras. También tenemos la apasionante historia de Manu Chao y su estadía en Ecuador, algún momento llegaremos a topar aquella anécdota.

David Bowie and William S. Burroughs

Ahora sí, a lo que venimos; puede que Barrett o Hendrix no hayan pisado este país, pero quien sí lo hizo fue el autor beatnik por antonomasia; el gran William S. Burroughs.

Allá por la década de 1950, en Abril de 1953, William emprendió un viaje por toda latinoamérica en busca de expiación espiritual, las mencionadas drogas psicodélicas y aventuras homosexuales con jóvenes/chiquillos de México y Perú sobre todo.  La meta principal era experimentar con la ayahuasca, ya que le habían contado que ésta proveía a su usuario habilidades extrasensoriales, tales como la telepatía. Así que desde México inició su travesía hasta llegar a Perú donde finalmente cumplió esta meta. Su recorrido lo llevó por casi todos los países de nuestra América y, aunque muchos no lo saben, también pisó suelo ecuatoriano: costa, sierra, y oriente (Esmeraldas, Playas, Salinas, Guayaquil, Manta, Quito, Ambato, Puyo).

Ecuador lamentablemente no le dejó una impresión agradable, es más, según podemos leer en sus cartas con Allen Ginsberg -correspondencia inmortalizada en The Yage Letters-, lo asqueó por completo, he aquí algunas de sus impresiones:

Recorrí Ecuador lo más rápidamente posible. Qué lugar horrible
es. Un complejo de inferioridad nacional de país pequeño en su estado más
avanzado…

Miscelánea ecuatoriana: Esmeraldas caliente y húmeda como un
baño turco y buitres devorando un cerdo muerto en plena calle principal y por
donde uno mire hay un negro rascándose las pelotas…

…Al llegar a Manta un hombre miserablemente vestido con un
jersey empezó a abrirme las valijas. Pensé que era un ladrón desvergonzado y
le di un zamarrón. Resultó ser el inspector de la aduana…

…El barco se quedó varado con una hélice rota en Las Playas, a
mitad de camino entre Manta y Guayaquil. Llegué a tierra en una balsa de
madera. Fui arrestado en la playa como sospechoso de haber llegado flotando
desde el Perú llevado por la corriente de Humboldt con un muchachito y un
cepillo de dientes (viajo con poco equipaje, sólo lo esencial); nos llevaron ante
un viejo inmundo, la cara marchita de canceroso. El chico que estaba conmigo
no tenía ni un solo documento. Los policías no hacían sino repetir
lastimeramente:
«¿Pero no tiene algún documento?»…

Guayaquil. Todas las mañanas se oye el clamor de los chicos que
venden Luckies por la calle: «A ver Luckies». ¿Seguirán gritando «A ver
Luckies» de aquí a cien años? Miedo de pesadilla del estancamiento. Horror
de quedarme finalmente clavado en este lugar Ese miedo me ha perseguido
por toda América del Sur. Una sensación horrible y enfermiza de desolación
final.

Ecuador está realmente barranca abajo. Que Perú se apodere de él
y lo civilice, para que la gente pueda disfrutar de comodidades. Hasta ahora no
he conseguido un muchacho en Ecuador y no se consigue opio en ninguna
parte.

Qué les parece, como leemos William no veía a Ecuador como un sitio ideal para vacacionar. Me parecen observaciones muy informativas, por así decirlo, de cómo era mi país por aquellos años, y me sirve para compararlo con las épocas actuales, estoy seguro que si este viaje se diera ahora William disfrutaría su estadía tremendamente.

Para aquellos que deseen leer más anécdotas de México, Ecuador, Colombia, además leer la forma en cómo interactuaba con Allen Ginsberg, les dejo Las Cartas del Yage en PDF:

The Yage Letters (pdf): http://bit.ly/X7v7Ih

 

No es solo en estas cartas donde hace alusión a Ecuador, también podemos leer otras en una de sus obras más tempranas y que serviría de inspiración para terminar de armar The Naked Lunch, la obra más conocida del autor, les hablo de la novela corta Queer; la cual vendría a ser una secuela de Junkie y The Yage Letters, continuando el relato de sus aventuras por México y Sudamérica. En esta novela corta también menciona a mi país, y su paso por Quito, ciudad la cual define, muy jocosamente, de la siguiente manera:

«Así debe ser el Tibet: alto, frío, lleno de gente fea, llamas y yaks.»

En Queer podemos encontrar varias referencias a la capital de los ecuatorianos, en general es muy claro que no le gustaba la ciudad, la define como muy fría, mucho viento, las calles muy angostas, la ciudad lo hacía sentir más desolado de lo que ya estaba. Es en esta novela donde podemos encontrar muchas más referencias al país, así que no pierdan la oportunidad de leerlo:

Queer (novel [pdf]): http://bit.ly/X7vpyP

 

A pesar de que el paso por Ecuador fue un paso muy amargo para William, -y que con este post quizá le esté haciendo mala publicidad a mi país- es muy interesante conocer la opinión de este gran autor, inspiración para tantos de nuestros artistas favoritos como Bob Dylan, Kurt Cobain, Patti Smith, entre muchísimos otros. Y ustedes, aquellos de los demás países de América, no pierdan la oportunidad de leer estos textos ya que encontrarán opiniones y anécdotas sobre sus países también, un retrato de la sociedad latinoamericana de mediados del siglo XX descrita ni más ni menos que por uno de los mejores autores de la historia, así sean malas opiniones, vale la pena leerlas, aprender y enmendar.

William S. Burroughs