Carl Jung: Los Arquetipos y el Tarot en el psicoanálisis Parte IV: Los arquetipos del Tarot e Interpretación de los 22 Arcanos Mayores

Los Arquetipos del Tarot e Interpretación de los 22 Arcanos Mayores

La siguiente es una lista de los arquetipos e interpretaciones que se pueden aplicar al Tarot. Puedes interpretarlas individualmente o en grupo. Recuerda que cada persona puede interpretarlos a su manera, siempre conservando la ‘esencia’ de la carta, que es a lo que me referiré a continuación.

La versión de Tarot que usaré para ilustraros es el ‘Tarot Hermético’, hermosas ilustraciones hechas en blanco y negro obra de Godfrey Dowson, basado en el  Tarot de S.L. MacGregor Mathers, miembro de la Orden de la Golden Dawn.

En este tarot se incluyen elementos astrológicos, alquímicos, sephiroticos, angelicales, geománticos, atribuciones y composición numérica de cada carta.

El Loco

 loco

El loco es la caracterización de Carpe Diem (vive el momento) por excelencia, representa aquel deseo de abandonarlo todo y lanzarse a la aventura, aquel deseo de libertad que tiene que ir acompañado por la confianza en sí mismo y un fuerte poder de decisión para no perderse en el camino.

Simbolismo: La inocencia y asombro.
Arquetipo: El niño.

El Mago

 mago

El mago representa la sabiduría, perspicacia, astucia y creatividad necesarias para afrontar una determinada situación o persona.

Simbolismo: La magia y el poder.
Arquetipo: El burlador.

 

La Sacerdotisa

 sacerdotisa

Representa el anima, tu parte femenina en acción, un llamado a usar todo tu instinto e intuición.

Simbolismo: Intuición
Arquetipo: El Anima – el elemento inconsciente femenino en la mente masculina.

La Emperatriz

 emperatriz

Representa la abundancia y fecundidad tanto en lo material y espiritual producto de acciones inteligentes.

Simbolismo: La naturaleza y la fertilidad.
Arquetipo: La madre.

El Emperador

 emperador

Representa la energía masculina, la madurez mental y la fuerza, y la perseverancia para alcanzar los objetivos.

Simbolismo: La autoridad y el poder masculino.
Arquetipo: El Padre y el héroe.

 

El Sumo Sacerdote

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Representa aquel ser conectado con lo material y espiritual. Sabias decisiones o la búsqueda de un maestro o consejo.

Simbolismo: Orientación o un maestro.
Arquetipo: El Viejo Sabio.

 

Los Amantes

 enamorados

Representación del dilema, la necesidad de elegir entre dos o más situaciones o personas, nos aconseja inclinarnos por aquella que el corazón nos dicta. Hay un verso del Popol-Vuh que lo expresa sublimemente: ‘Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca.’

Simbolismo: El amor y la unión de los opuestos.
Arquetipos: El alma o bien conjuntamente el Anima y Animus (lo contrario de la Anima, el elemento masculino de lo femenino).

 

El Carro

 carro

El Carro representa el éxito y la conquista de una meta, también indica que el camino o decisión que has escogido es la correcta.

Simbolismo: El trabajo duro y la victoria.
Arquetipo: El guerrero.

La Justicia

 justicia

Esta carta nos invita a la reflexión a la hora de tomar una decisión, analizar lo positivo y negativo de la situación para escoger el camino que mejor nos convenga.

Simbolismo: El equilibrio y la justicia.
Arquetipo: Justicia.

El Ermitaño

 ermitaño

Representa el aislamiento para alcanzar la sabiduría, nos invita a la introspección y buscar la respuesta en nuestro interior.

Simbolismo: La sabiduría
Arquetipo: Viejo sabio

La Rueda de la Fortuna

 ruedafortuna

Representa acontecimientos inesperados, un golpe de buena o mala suerte, el cambio y la espontaneidad.

Simbolismo: el cambio, se mueve en círculos.
Arquetipo: la suerte y el destino.

La Fuerza

 fuerza

La fuerza es la carta que nos llama al control para afrontar una determinada situación, dominio, fuerza, y voluntad.

Simbolismo: Determinación.
Arquetipo: Resistencia.

El Colgado

 colgado

Como ya he indicado con anterioridad, el Colgado representa el auto-sacrificio y la transición de un ciclo a otro.

Simbolismo: el sacrificio necesario.
Arquetipo: Sacrificio.

La Muerte

 muerte

La muerte, al contrario de lo que se podría pensar, representa el cambio, la transformación, el fin de algo y el inicio de algo más.

Simbolismo: El cambio, de transición.
Arquetipo: Renacimiento

La Templanza

 templanza

Representa la calma y la tolerancia a las circunstancias venideras.

Simbolismo: Moderación.
Arquetipo: La unión de los opuestos.

El Diablo

 diablo

Representación del lado más mundano, los instintos básicos y vicios humanos: lascivia, egoísmo, avaricia. Es un llamado a detenernos y mirar a nuestro alrededor, alejarnos de nuestra actitud negativa y de lo material.

Simbolismo: El ser atrapado.
Arquetipo: El burlador, o energía sexual.

La Torre

 torre

Representa castigo, pérdidas, y cambios repentinos negativos provocados por la ambición, es un llamado a tener cuidado con la ambición desmedida.

Simbolismo: El caos, el cambio no deseado.
Arquetipo: el Caos.

La Estrella

 estrella

Representa la fe, la esperanza y el progreso. Aspectos positivos en todo nivel.

Simbolismo: La esperanza y el espíritu.
Arquetipo: La Estrella.

La Luna

 luna

La luna es una nueva representación de nuestro lado oscuro, y el temor a lo desconocido. Nos advierte de posibles engaños y relaciones mal encaminadas. Un llamado a despertar de aquellas ilusiones y sueños que no nos convienen.

Simbolismo: Emociones.
Arquetipo: La Luna – vinculados con los sueños.

El Sol

 sol

Representa felicidad, alegría, éxito, nuevos comienzos positivos en todo sentido.

Simbolismo: Alegría.
Arquetipo: el sol.

El Juicio

 juicio

Esta carta es un llamado a la reflexión, a hacer un balance de nuestra vida e identificar los aspectos que nos impiden la evolución. Representa el fin de una era negativa y un último paso para alcanzar la meta propuesta.

Simbolismo: Sentencia y finalización.
Arquetipo: Evaluación y recompensa.

El Mundo

 mundo

Mi carta favorita en todo el Tarot. Representa la armonía y estabilidad entre el lado espiritual y el terrenal, la plenitud absoluta. La carta de la victoria sobre todos los dilemas y problemas.

Simbolismo: El cumplimiento.
Arquetipo: La satisfacción, la plenitud.

Il Piccolo Epílogo

Fausto Ribadeneira

Fausto Ribadeneira

Muy bien, nuestro viaje está llegando a su final, espero lo expuesto aquí te llegue a servir alguna vez, o por lo menos tendrás unos datos más a tus conocimientos de cultura general, y uno que otro datillo para entretener a tu familia y amigos.

Recuerda: jamás aceptes algo como una verdad entera o deseches alguna teoría por considerarla absurda, recuerda que por miles de años se pensó que la tierra era cuadrada, hoy el conocimiento que se podría considerar absurdo, en unos años podría convertirse en ciencia y ser la verdad que estamos buscando.

Fausto Ribadeneira.


Carl Jung: Los Arquetipos y el Tarot en el psicoanálisis Parte III: Aplicación del Tarot en el Psicoanálisis

El Tarot en el Psicoanálisis

Tarot de Aleister Crowley

Siempre he sido un fiel creyente de la astrología y la metafísica. Creo en los signos del zodiaco, mas no en el horóscopo, y espero concluir un pequeño ensayo sobre la psicología de los signos zodiacales. Desde pequeño me llamó la atención todos los tipos de mancias, mas al Tarot siempre lo observaba desde lejos, hasta le temía, toda persona que me decía que aquello era brujería, que a ‘dios’ no le gusta eso y es mejor alejarme de aquello si es que quiero llegar al cielo. Crecer en un ambiente religioso en verdad te deforma la mente, qué habría sido de mí sin la televisión y los Caballeros del Zodiaco, ah, no, ni imaginarlo, estaría en algún seminario quizá. Sigamos.- Al pasar unos años volvió a llamar mi atención, ahora estaba rodeado de personas que me decían que aquello era ridículo, el tarot es un tipo de magia en el que solo creen los supersticiosos y débiles intelectuales. Pero al fin, me liberé de aquellas opiniones absurdas e ingresé en el mundo del Tarot. Es todo un viaje por el mundo de los conocimientos ancestrales, un viaje que según veo, no va ni por la mitad, pero bueno, iniciemos.

¿Acaso tengo que contarles la historia del Tarot? No, no, por favor, no. La historia y las teorías de sus orígenes nos llevarían un miles de páginas más y nos desviaría del punto jungnístico psicoanalítico, así que solo les diré que el Tarot es un mazo de cartas que empezó como un grupo de cartas para fines educativos y didácticos, luego usadas para el juego, y posteriormente para la adivinación. Consta de 78 cartas: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, aunque otros dicen que viene de mucho más atrás; se dice que el tarot es un sistema simbólico y hasta críptico, y que los 22 arcanos mayores ocultan una fórmula alquímica, y hasta los secretos del antiguo Egipto. Muchas teorías muy bonitas e interesantes que trataremos en otra ocasión.

Ahora bien, en el Tarot Jung veía la evolución de los arquetipos, todos empezamos como un niño (El Loco) y tenemos que evolucionar, pasando por todos los estados de consciencia hasta llegar a la plenitud (El Mundo).

Esa teoría de Jung, su forma de usarlo junto con los sueños para determinar el estado del paciente, me ha inspirado a crear esta teoría basada en el tarot jungniano, y también en la forma convencional de lectura del tarot.

Se puede aprender a utilizar el Tarot para descubrir las claves de nuestro inconsciente.

Aplicando el principio de Sincronicidad, las teorías de los arquetipos y los sueños, podemos ver que se puede aplicar al Tarot en la psicoterapia. ¿Cómo funciona? Pues bien, puede aplicar este sencillo ejercicio para ir iniciándose: Si tiene un mazo de tarot en la mano, seleccione los 22 arcanos mayores (las cartas numeradas) y empiece a barajarlos, no es necesario que piense en nada, baraje baraje, alguna carta debe sobresalir, saltar, o caerse, mientras usted baraja, si no es así, deténgase luego de algunos minutos de haber estado barajando y saque una carta, la que usted quiera. Ahora bien, puede consultar el significado de su carta aquí. Cada arcano representa un diferente arquetipo, y por lo tanto una experiencia, momento, o persona, con la que te puedas identificar. Por ejemplo, supongamos que la carta que te salió es El Colgado, -esta carta simboliza la transición y el auto-sacrificio para lograr un cambio de vida o ideas. Sacrificar lo que estorba en tu vida y no te deja avanzar.- Este es el mensaje de tu inconsciente: no estancarse y avanzar. Tómalo como coincidencia, pura casualidad, causalidad, o como quieras. Sin darte cuenta tu inconsciente te ha hablado.

Los arcanos mayores y sus arquetipos representan proyecciones de nuestro inconsciente, al aplicarlo en nosotros u otras personas

En términos alquímicos lo que buscamos es mezclar el oro del psicoanálisis con el plomo de otras técnicas; para iniciar debes tener un cierto nivel de respeto por las cartas, para una mejor experiencia lectora te recomiendo leer muchísimos libros, no solo de tarot, sino de psicología, y textos que traten sobre el significado simbolista de los sueños. El estudio del simbolismo es importante sobremanera, también agregarle a esto nuestra experiencia ‘vivencial’ de las cartas a través de ejercicios que comprenden la imaginación activa, puedes lograr esto dibujando las cartas del Tarot, los arcanos mayores, y pintándolas o adicionándoles elementos según tu gusto. Algo parecido a dibujar Mandalas, es un ejercicio excelente, de esta manera el Tarot y tu aproximación a él se convertirá en una experiencia transformadora y enriquecedora, se te abrirán nuevos mundos, crearás universos.

Cualquier persona puede leer El Tarot, no creas aquellas falacias de charlatanes que te dicen que debes poseer un don o un nivel de consciencia superior, hay diferentes rituales y métodos de preparación que puedes checar en la web o en tu librería esotérica más cercana, pero lo único que necesitas es curiosidad y ansia de conocimiento.

Te enseñaré solo tres tiradas de cartas del Tarot, muy básicas, pero las más factibles para el psicoanálisis, debido a su efectividad por el mencionado Principio de Sincronicidad y la Teoría de Asociación. Existen miles de tipos de tiradas y miles de interpretaciones dependiendo de cada persona, hasta tú podrás inventar la tuya según vayas practicando y dándote cuenta cuál te funciona mejor.

1.- Tirada de una sola carta: Puedes usarla contigo u otras personas. Aplica el ejemplo que ya te mostré anteriormente; baraja el mazo de cartas hasta que una carta salte, y en caso de no hacerlo baraja por unos minutos y extrae una carta. Puedes hacerlo pensando en una pregunta, persona situación o problema concreto, o no.

2.- Tirada de 3 cartas: La tirada de tono más esotérico pero que he comprobado funciona en la mayoría, por no decir en todos los casos donde la he probado. En esta tirada, luego de barajar el mazo de cartas siguiendo el mismo procedimiento de la tirada anterior, extraerás 3 cartas, cada carta representará algo; la carta de la izquierda tu pasado, la carta del centro tu presente; situación o problema que quieres resolver, y la carta de la derecha tu futuro; posible guía o solución a tu problema.

3.- Tirada de 3 cartas segunda versión: En esta versión con la mano izquierda escoges tres cartas. La primera indica tu situación actual, la segunda representa una pregunta del inconsciente y la tercera representa la respuesta. Tú puedes interpretar cada carta, pero lo más importante es el significado que la persona a la que lees el tarot le dé a cada carta. Este método es de los más utilizados por los psicólogos que aplican el tarot en el psicoanálisis.

Simplemente deja que todo fluya, no te estreses ni te esfuerces en lograr una lectura perfecta. Al principio practica estas lecturas solo con las personas que te nazca leérselas, esto significa que aquella persona está lista para ello y se creado un vínculo inconsciente entre ustedes, así la lectura será más precisa.

Luego, como tomemos la lectura y en qué desencadenarán los eventos mencionados, dependerán completamente de nuestra actuación. Toma las pistas e intenta comprenderlo para actuar según el problema o dilema. El Tarot y sus Arquetipos nos ayudan a entenderlo y transformar estos problemas en una oportunidad para desarrollarnos, tal como decía Jung, repito nuevamente, conociendo y descifrando nuestros arquetipos encontraremos la oportunidad para evolucionar y encontrar nuestra totalidad, y así llegar a nuestro ‘yo’ original. El Tarot nos ayuda a darnos cuenta de las trabas que nos impiden llegar a él.

¿Podemos usarlo para ver el futuro como tal? Bueno, es algo muy difícil, lo que el Tarot puede hacer es darnos ciertos indicios de lo que se vendrá, pero hey, hasta el mismo Jung dijo alguna vez “Podemos predecir el futuro cuando sabemos cómo ha evolucionado del pasado el momento presente”, así que no pierdas las esperanzas.

Aparte del futuro, y volviendo al psicoanálisis, con práctica y alimentando tu conocimiento, podrás llegar a un nivel en el que puedas aplicar una regresión psicológica hacia períodos fetales e intentar descubrir el origen de determinados problemas. Con esto puedes revivir y resolver recuerdos encubridores, conflictos, represión, sustitución transaccional, entre otros dilemas que no te dejan avanzar.

También descifrar los sueños, ah los sueños, es una pena que en esta ocasión no puedo explayarme por completo sobre esto y todas las teorías de Jung sobre ellos. Revisando el texto me doy cuenta que la palabra que más se repite es, precisamente, sueños. No voy a explayarme sobre ellos pero tengo una teoría: no todos los sueños son iguales ni todos pueden ser interpretados psicológicamente, parece algo obvio, es verdad, pero hay que recalcarlo. Algunos sueños son simplemente manifestaciones de tus deseos o remembranzas de las experiencias del día, en estos casos no hay que buscarle aquel significado misterioso, lamentablemente la mayoría de mis sueños son de este tipo. Sin embargo existen muchas otras personas que tienen sueños al estilo de Jung, estilo de visiones y hasta premoniciones, mi hermana menor es una de aquellas, me fascina escuchar sus sueños, todos parecen un cuento de hadas psicodélico, son estos tipos de sueños, especialmente, a los que se les puede aplicar la metodología de Jung e intentar descifrarlos.

Pero bueno, retomemos: las cartas del Tarot actúan como las imágenes del sueño: tendencias elaboradas de búsqueda.

 Con la lectura puedes sugestionar, y programar psíquicamente a tu paciente, hasta llegar a una suerte de hipnosis. Ten mucho cuidado con esto, puedes sugestionarlo para que se proyecte positivamente y llevar al éxito al individuo, o exterminarlo por completo. También se aplica a la lectura final de los resultados, hay que estar atento a la forma en cómo te expresas.

Se puede hacer mucho a través del Tarot en favor del psicoanálisis, de la terapia de la salud psíquica en general en todos sus sentidos, lamentablemente, al no ser un método convencional, no es aceptado, lo único que nos queda es  incrementar conocimientos cada día, elevar nuestro saber, empezar a aplicar el Tarot e ir descubriendo nuevas teorías.

En cuanto a otras formas de aplicarlas siempre me ha venido a la mente algo similar al Test de Rorschach; donde al sujeto se le presenta una serie de manchas ambiguas y se le pregunta qué ve en ellas. Lo mismo podemos hacer con las cartas del Tarot, cada persona tiene su diferente percepción y visión de las cosas, proponerle interpretar las cartas a su manera pueden revelar muchos elementos de su inconsciente. También para nuestros amigos Freudianos, por qué no, podemos vincular a las diversas lecturas del Tarot con el Método de Asociación Libre.

Los Arcanos Mayores

 Arcanos Mayores

Los Arcanos Mayores son las primeras 22 cartas de una baraja de Tarot son tarjetas con dibujos de imágenes tales como los amantes, la fuerza, la muerte, el ermitaño, etc. La palabra ‘arcano’ viene del latín ‘arcanus’ que significa: secreto, oculto, misterio.

Los arcanos mayores se consideran la parte primordial de una baraja de Tarot. Se dice que la baraja, en sus orígenes, solo constaba de estas 22 cartas y con el pasar del tiempo se le fue añadiendo más cartas. Es por esto que se les llama Mayores, además son estas cartas las que incluyen a los arquetipos en su máxima expresión.

¿Por qué usar Los Arcanos Mayores y no los Menores? Bueno, puedes usar los dos, es más, a mí me encanta incluir en las interpretaciones a los Arcanos Menores, pero para iniciar es bueno hacerlo solo con los Mayores.

Como he mencionado durante la lectura, estas cartas están generalmente relacionadas con una situación o persona en la vida del lector.

La carta de la emperatriz, por ejemplo, es representativa de la fertilidad y la naturaleza, esto podría estar relacionado con la figura de la madre o indicar que alguien (o ciertos aspectos de la vida, como una parte creativa) se debe cuidar.5

He reinterpretado el significado de las cartas de los 22 Arcanos Mayores, basado en su significado convencional, ancestral, y también basado en las diferentes lecturas que me han dado cuando lo he usado conmigo y demás personas.

Tal como Jung, pienso que las cartas en sí poseen su ying y yang, por ello no mencionaré la lectura de la carta en posición invertida. La interpretación de las cartas es subjetiva, yo solo te daré una guía, muy corta, y tú sabrás cómo respectiva carta se aplica a tu situación.

No soy un tarotista profesional, ni amateur se me debería considerar, peor un psicoanalista, solo un principiante entusiasta de estas dos ‘ciencias’ que quiere compartir su exiguo conocimiento con ustedes. Así que, a por ello.

En las 22 de los Arcanos Mayores muchas se las puede identificar inmediatamente con los arquetipos de Jung.

 Continúa…

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Carl Jung: Los Arquetipos y el Tarot en el psicoanálisis Parte II: Carl Jung y el Tarot

Carl Jung y el Tarot

tarot jung

Jung veía en el Tarot una plataforma rica en elementos arquetípticos, creía fielmente en aquella teoría que dice que El Tarot es en realidad una fórmula alquímica encriptada. Veía en el Tarot un método para develar el inconsciente y descubrir las pistas para llegar a la individuación, al desarrollo del Self, esto se traduce en alquimia psíquica. La aparente elección aleatoria de una carta no es más que la inevitable expresión del espacio-tiempo.

“En el Tarot tenemos la figura hermafrodita del diablo. Esta sería en la alquimia el oro. En otras palabras, tal intento por unir los opuestos para la mentalidad cristiana aparece como diabólico y prohibido, perteneciente a la magia negra”.

Jung, de alguna forma, descubrió “el tarot interno” con su teoría de los arquetipos. Podemos decir que el tarot es un extracto del inconsciente colectivo en el cual encontramos los arquetipos. Jung creía que el simbolismo contenido en el Tarot puede ser de gran utilidad para los seguidores de la psicología analítica. Mediante el uso de una selección de las cartas para crear una historia, los símbolos se pueden relacionar con el problema que se discute.5

Les comparto un extracto de una conferencia de Jung en 1933 (documentado en el libro Visions: Notes of the Seminar given in 1930-1934 by C. G. Jung, Princeton University Pres 1997).

Estas cartas en realidad son el origen de nuestro conjunto de cartas, en las que el rojo y el negro simbolizan los opuestos, y la división de 4 –tréboles, espadas [o picos], diamantes y corazones—también pertenece al simbolismo de la individuación. Son imágenes psicológicas, símbolos con los que uno juega, de la misma forma que el inconsciente parece jugar con su contenido. Se combinan en cierta forma, y las diferentes combinaciones corresponden al desarrollo lúdico de los eventos de la historia de la humanidad. Las cartas originales de Tarot consisten de las cartas ordinarias, el rey, la reina, el caballero, el as, etc., –solo que las figuras son un poco diferentes – además de que existen 21 cartas que son símbolos, o cuadros de situaciones simbólicas. Por ejemplo, el símbolo del sol, o el símbolo del colgado, o de la torre golpeada por un rayo, o de la rueda de la fortuna, y así sucesivamente. Son una especie de ideas arquetípicas, de una naturaleza diferenciada, que se mezclan con los constituyentes ordinarios del flujo del inconsciente, y de esta forma es aplicable como un método intuitivo con la intención de entender el flujo de la vida, posiblemente hasta predecir eventos futuros, siendo que todos los eventos permiten una lectura de las condiciones del momento presente. En este sentido son análogas al I Ching, el método de adivinación china que permite por lo menos una lectura de la condición presente. En realidad, el hombre siempre siente la necesidad de encontrar acceso a través del inconsciente al significado de su condición actual, porque existe una correspondencia o similitud entre la condición que prevalece y la condición del inconsciente colectivo.

Jung, a diferencia de Freud, no dejó atrás a las ahora llamadas pseudo ciencias como la metafísica, la alquimia, y la astrología, sino que viendo el potencial de estas las incluyó en sus teorías. Transmitió su conocimiento a sus discípulos, y existen varios que crearon métodos para la utilización del Tarot en el psicoanálisis. Uno de esos discípulos fue Robert Wang, quien en su libro El Tarot de Jung y sus imágenes arquetípicas incluyó “El Tarot de Jung”, un hermoso juego de láminas diseñadas por él mismo, incluyendo y poniendo énfasis en las enseñanzas de su maestro. Podemos identificar, sobre todo, el mencionado arquetipo del Mandala, el favorito de Jung. El objetivo de Wang era mostrar los paralelismos entre la filosofía de Jung y la Kábala Hermética, un sistema que ha sido esencial a la mística occidental desde el Renacimiento italiano que Wang exploró luego en profundidad en el Tarot Qabbalistic. Pero esa es otra historia, ahora regocije su vista con el diseño de las cartas:

 Tarot de Jung

Para entender cómo Jung veía en el tarot una forma de análisis, primero tenemos que tener noticia del Principio de Sincronicidad:

Jung llamó sincronicidad a las coincidencias significativas. Con este término él designa los eventos relacionados por una significación, y no por una relación de causa a efecto. Utilizó por primera vez este concepto en 1920.

Como ya he mencionado con anterioridad, Jung postula la existencia de un conocimiento absoluto constituido por un inconsciente colectivo compuesto de arquetipos. La sincronicidad sería,  a partir de ese postulado, una resonancia entre la psique individual y los arquetipos.  Para Jung, una sincronicidad3 ocurre cuando nuestra mente se focaliza y concentra en una imagen arquetípica del mundo exterior que, como un espejo, nos retorna una especie de reflejo de nuestras preocupaciones, bajo la forma de un evento marcado por ciertos símbolos de manera que podamos utilizarlos. Nos enfrentamos a un “azar” significativo y creador. Así, es posible e incluso probable que la materia y la psique sean dos aspectos diferentes de una sola y misma cosa.

El Tarot devela, precisamente, estos arquetipos que están influyendo sobre tu vida y forman parte de ti, ya decía Jung que solo conociendo tus arquetipos podrás encontrar a tu verdadero yo y superar tus complejos. Estos complejos representarían en este caso represiones o angustias, importante identificarlas y superarlas para no caer en ningún proceso neurótico.

Yo siempre he sido de aquellos que rechaza la terapia psicológica convencional, y hasta algunas terapias “avant-garde”, y demás, en mi infancia acudí a varios “especialistas” que jamás lograron resolver o si quiera identificar el problema que me preocupaba, incluso era fácil engañarlos, crear un dilema acompañarlo de síntomas y así darme cuenta que todo era una farsa, me decían lo que yo quería escuchar mediante las pistas que yo les daba intencionalmente. Recuerdo hasta un caso en que tuve que servir como terapeuta de una de mis analistas. Me di cuenta que el mejor terapeuta era yo, y nadie más que yo, fue prodigioso darme cuenta a tan corta edad que las respuestas se encuentran en mí, solo hay que saber escucharse e intentar comprenderlas.

Es por esto que me sentí identificado con los métodos de Jung, hay que ver el trasfondo de aquello, ellos te incitan a tu autoanálisis, aquel es el punto clave, debemos dar gracias que Jung estaba influido por la cultura oriental, el zen, budismo, y más, por lo tanto estos métodos parten de la ausencia del ego. Me explico; el gran problema de los psicólogos convencionales es creer que, fundamentados en su ego, tienen un poder cuasi omnipotente para resolver tus problemas,  te hacen creer que la solución está en ti pero no hacen nada para guiarte hacia ella, es un eterno escuchar lo que quieres, respuestas que tú ya sabes, y pagas por llegar a respuestas que tú ya sabes, ¿acaso hay algo más absurdo?

Aplicar los métodos de Jung y sus diversas influencias como el Tarot, es intentar conocerte a ti mismo y saber que la solución a la mayoría de dilemas están dentro de ti. Lo más correcto sería llamarlos métodos de introspección. Un viaje en la búsqueda de tu verdadero ser. Puede sonar a aquellos patéticos libritos de auto-ayuda, pero aquel es el punto. Al principio te será muy difícil, hay personas que no aceptan que la cura y solución son ellos, un problema de autoestima quizá, siempre necesitan la opinión de alguien más para aceptar algo que ellos siempre han sabido, y por supuesto, tampoco con esto te quiero decir que está mal buscar ayuda profesional, no, no, simplemente te animo a intentar hallar las respuestas en ti y no en alguien más.

Que los métodos de Jung funcionaran siempre ha sido tela de discusión, con el paso del tiempo la figura de Jung se ha convertido más en un icono pop que en un representante del psicoanálisis, sus teorías han sido tomadas más bien como teorías filosóficas. Lamentablemente ha sido desacreditado y subestimado en los círculos de psicoanalistas. Sin embargo, existen muchos psicoanalistas que aplican los métodos de Jung con resultados muy positivos, el método Jung no es el más popular, y su éxito a la hora de psicoanalizar depende mucho del terapeuta, y por supuesto, también del paciente; habrá muchos pacientes a quienes le parezca una completa estupidez el analizar los sueños y buscar un guía simbólica en el tarot, mientras que para otros será precisamente el método que estaban buscando y el que los ayudará en sus problemas.

Para aplicar los métodos de Jung es necesario no tomar toda su enseñanza al pie de la letra, he aquí el gran problema de la humanidad, es muy dogmática, la maldición de tomarse todo al pie de la letra, teme a cambiar lo establecido, algo contra lo que Jung luchó. He conocido y leído testimonios de psiquiatras y psicólogos jungnísticos que aplican las teorías de Jung sin aportar nada nuevo a ellas, otro craso error, craso error; muchos pacientes, sobre todo en estos tiempos de hiper-racionalidad, tanto así que hasta raya en una nueva forma de absurdo, -es una forma nueva forma de absurdo-

No hay método infalible, incluso varios de los métodos de Freud han caído en desuso, los neo-freudianos afrontan varias críticas, pienso que el psicoanálisis como tal es un fracaso y los psicólogos son una especie en extinción, en un futuro no muy lejano nos daremos cuenta de nuestras propias capacidades a la hora de resolver problemas.

Listo, atento que seré muy repetitivo en esta parte, leerás las palabras sincronicidad, arcanos, mayores, e inconsciente muchas veces. Esta sección iba a formar parte de un gran, gran, pero gran post sobre el origen y las diversas aplicaciones del Tarot en el psicoanálisis, pero, qué tal si intento resumirlo y compartir una parte de lo que sería aquello.

mandala

Continúa…

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Carl Jung: Los Arquetipos y el Tarot en el psicoanálisis Parte I

Carl Jung Tarot

Entre el inmenso legado de Carl Jung, aquel que ha pasado a la historia por sus teorías y métodos revolucionarios en el mundo de la psicología, hay un tema que sobresale y ha sido su herencia más duradera: La Teoría de los Arquetipos.

Jung busca e investiga a los arquetipos en las doctrinas de las tribus primitivas, en las doctrinas secretas esotéricas, en las religiones, en los mitos y leyendas, en los símbolos del Tarot, en las imágenes de la Alquimia y muy especialmente en los sueños, en los que se apoya para la psicoterapia.

Hay que empezar por decir que Jung pensaba que no venimos al mundo como una tabula rasa, no venimos ‘en blanco’ como planteaba Freud, el ser humano según Jung, ya nace con información y ciertas creencias por default: “no existe una sola idea o concepción esencial que no posea antecedentes históricos”. Estos antecedentes históricos llegan a nosotros inconscientemente, y otros los vamos aprendiendo por medio de mitos, leyendas y la experiencia.

Es fácil identificar diferentes tipos de patrones de conducta en los mitos y leyendas de las culturas antiguas, todas tienden a tener un mismo héroe y trama, tienden, básicamente, a repetirse. Esta continua repetición de historias con los mismos personajes y el mismo guión es lo que llamamos Arquetipos.

Algunos de ustedes pensarán, ‘ok, ok, Jung te acepto, pero ¿El Tarot? ¿En serio? Qué estás pensando, eso es pura magia y superstición.’ Bien, en esta era donde existe un rechazo general a lo que no se considera convencional, racional o científico, es bueno traer de vuelta, o mostrar ciertos temas que tienen que ver con la ‘magia’, salir de la caja de la racionalidad un momento y perderle el miedo a explorar la sabiduría ancestral.

He conocido muy pocas personas que no compartan esta pasión por descubrir los misterios que rodean nuestra existencia, a quién no le intriga intentar dilucidar alguno de estos misterios. ¿Y acaso hay mayor misterio que la mente humana? Jamás debemos cerrarnos al conocimiento sea cual sea la fuente.

Es necesario volver a creer un poco en la magia, soñar, y jamás perder la capacidad de hacerlo.

Le invito a que por un momento deje a un lado la antipatía por estos temas y acompáñeme en este viaje por la vida y teorías de Jung, para luego llegar al infravalorado mundo esotérico, específicamente trataremos el Tarot y su aplicación en el psicoanálisis, ¡sí!, emociónese. Empecemos.

Omitiré inmiscuirme en términos científicos ya que esto no tiene el carácter de ser una investigación meramente científica, sino de divulgación para el conocimiento del público en general. No es mi propósito buscar ningún tipo de reconocimiento por este texto, y es que, quien nada tiene que ganar ni nada que perder, tiene las mejores cosas que decir.

Carl Jung

Carl Jung y los Arquetipos: Preludio

Carl Gustav Jung nace un 26 de julio de 1875 en una pequeña localidad de Suiza llamada Kessewil. Desde pequeño se manifestó su interés por la metafísica, alquimia, eventos paranormales, y las tragedias griegas. Aprendió lenguas antiguas como el sánscrito, y así llegó al conocimiento oriental leyendo los sagrados libros hindúes y practicando el I-Ching.

A pesar de escoger la arqueología como primera opción de carrera, llega la psicología influido por el famoso neurólogo Kraft-Ebing y los sucesos sobrenaturales de su vida. Sucesos que le llevaron a escribir su tesis ‘Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos’.

Luego de graduarse se estableció en el Hospital Mental de Burghoeltzli en Zurich bajo la tutela de Eugene Bleuler, padre y conocedor relevante de los estudios sobre la esquizofrenia. En 1903, se casa con Emma Rauschenbach. En aquel tiempo, también dedicó parte de su tiempo a dar clases en la Universidad de Zurich y mantenía una consulta privada. Fue aquí donde inventó la técnica de la asociación de palabras.

Siendo un fanático de Freud, su sueño era conocerlo, el tan ansiado encuentro se daba en Viena en 1907. Cuenta la leyenda que el impacto que provocó Jung en Freud hizo que éste cancele todas sus citas del día y así poder continuar la tertulia, la misma que se extendería ¡por 13 horas! Eventualmente, Freud consideró a Jung su sucesor en el psicoanálisis y su mano derecha.

Generalmente se piensa que Carl Jung fue un discípulo de Freud, craso error, craso error; Jung sería más cercano a un colaborador y colega, que a un discípulo… Cuando los dos se conocieron, Jung ya poseía estudios anteriores de psicoanálisis, y sus propias teorías que compartió y debatió con Freud.

Ya que entramos en el tema, por qué no aprovechamos para mencionar las…:

Diferencias Fundamentales entre Freud y Jung:

Freud vs Jung

Freud vs Jung

La psicología de Jung se basa en la desilusión que le provocaba el racionalismo científico – lo que él llama «el espíritu de los tiempos» – y en el transcurso de muchos encuentros quijotescos con su propia alma y con otras figuras interiores, viene conocer y apreciar «el espíritu de las profundidades», un campo que deja espacio para la magia, la coincidencia y las metáforas mitológicas entregados por los sueños-1, ojo, que esto no significa que lo negara o no aplicara el racionalismo, pero le sirvió para intentar buscar nuevas formas de terapia psicoanalítica.

Quizá la mayor diferencia entre los dos fue la forma de definir al inconsciente, para Freud, como sabemos, se basa en las pulsiones primigenias y aquellas emociones reprimidas del ser humano cuyo único motor es la energía llamada libido, la cual es exclusivamente de naturaleza sexual. Jung, por su parte, pensaba que en el inconsciente se encuentra aquello que hace del hombre un ser creativo y aquello que lo hace buscar el autodesarrollo y su evolución psíquica, admite que la libido está presente, por supuesto, actuando como una energía creativa y creadora.

Freud divide al aparato psíquico en consciente, preconsciente e inconsciente. Para Jung existe el inconsciente personal o individual e inconsciente colectivo. Para entender los dos tipos de inconscientes propuestos por Jung, citaré la forma que él tenía para describirlo:

La mente consciente es la parte visible de una isla, el inconsciente del individuo es la parte sumergida de la isla y el inconsciente colectivo, común a todos los seres humanos, es el océano a su alrededor.

‘El Inconsciente Colectivo, a diferencia del Inconsciente Personal, alberga no solo contenidos de la experiencia personal sino que se le añaden contenidos referidos a instintos, impulsos naturales o adquisiciones de orden colectivo, o sea predisposiciones compartidas por toda la humanidad más allá de la diferencias históricas y culturales.’1

Freud habla de tres estadios psíquicos: El Ello, El yo y El superyó. El ‘yo’ actúa como mediador entre El Ello y Superyó. Mientras Jung identificaba solamente al ‘yo’, debatiéndose entre el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.

El objetivo del método de Freud era fortalecer al «yo» sobre las otras dos y así desarrollar dos objetivos limitativos; amar y trabajar. En cambio para Jung el ‘yo’ era algo imperfecto y lo que buscaba era la evolución del ‘yo’ al ‘self’ (sí mismo), la totalidad, la cumbre del desarrollo psíquico humano.

Para llegar a este ‘self’, Jung proponía vencer los complejos que poseemos. Complejos que para Jung eran el origen de toda perturbación mental, y descubrió analizando la mitología ancestral, y aplicándola a las terapias y los sueños de sus pacientes. Estudiando los complejos encontró que en la psique existen estructuras y patrones ancestrales que denominó arquetipos, éstos emanan del inconsciente colectivo. Entre los muchos arquetipos que encontró identificó 5 principales que son: ánima, ánimus, sombra, persona, sí-mismo (self).

  • La Persona: La cara que se presenta al mundo
  • La sombra: La parte de nosotros no reconocida pero que sin embargo, existe
  • El Self: La conjunción armónica del ‘yo’ y el todo.
  • El Anima: La imagen femenina en la psique masculina
  • El Animus: La imagen masculina en la psique femenina

Ahora sí, entremos finalmente en el maravilloso mundo de los arquetipos.

 

Carl Jung y los Arquetipos

Arquetipos

(Léase con voz de narrador de Looney Toones, o, en su defecto, si es muy joven para recordar a Bugs Bunny y sus amigos; léase con voz de narrador de Bob Esponja la cual es una parodia de la voz de Jacques Cousteau, investigue)

Por supuesto antes que nada tengo que recomendarle la lectura de ‘Arquetipos e Inconsciente Colectivo’ de Carl Jung, qué mejor forma de leer sobre Arquetipos que de las palabras del mismo Jung.

 “El arquetipo es una tendencia a formar tales representaciones de un motivo –representaciones que pueden variar mucho en el detalle sin perder un patrón básico… Son de hecho una tendencia instintiva (…) Es esencial insistir que no son meros conceptos filosóficos. Son pedazos de la vida misma –imágenes que están integralmente conectadas al individuo a través del puente de las emociones- «No se trata, pues, de representaciones heredadas, sino de posibilidades heredadas de representaciones. Tampoco son herencias individuales, sino, en lo esencial, generales, como se puede comprobar por ser los arquetipos un fenómeno universal»”. Carl Jung, El hombre y sus símbolos.

¿Entendiste? ¿No? Entonces pongámoslo así: Los arquetipos son nuestra herencia psíquica; roles y patrones que la sociedad acepta y realiza inconscientemente. Los percibimos a través de sus manifestaciones simbólicas.

¿Tampoco? Bueno, alguna de estas definiciones te convencerá:

Arquetipo son los contenidos del inconsciente colectivo. Jung también les llamó dominantes, imagos, imágenes primordiales o mitológicas y otros nombres, pero el término arquetipo es el más conocido.

Arquetipos son una tendencia innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una determinada manera.

Jung llamó arquetipos a las ideas en común que comparte la humanidad, indistintamente del credo o cultura; ya sea la creencia en determinados seres mitológicos, o la aberración hacia el incesto, por citar dos ejemplos.

Los arquetipos vendrían a ser las representaciones milenarias del inconsciente colectivo.

Un arquetipo puede ser ampliamente definido como un tipo de persona o conducta, ya que puede dividirse en dos subcategorías.

  • La primera, los estereotipos, se refieren a un tipo de personalidad o conducta que se observa en muchas ocasiones y aplicados de manera rutinaria (esto tiende a suceder con los adolescentes y jóvenes),
  • y el segundo se refiere a la ejemplificación de una personalidad o comportamiento.2

arquetipos carl jung

Entre las grandes pasiones de Jung se encontraba el mundo onírico,  siempre le llamó la atención el significado que podría existir en los sueños. Socializaba sus sueños a su familia y amigos pero jamás encontraba respuesta concreta que le satisfaga. Pasó muchos años presa de este enigma, hasta que a partir de la Primera Guerra Mundial empezó a anotar sus sueños, fantasías y visiones, los dibujaba, pintaba y esculpía, todo esto fue recopilado en el ahora famoso Libro Rojo de Jung. Se dio cuenta que sus experiencias tendían a tomar formas humanas, empezando por un anciano sabio y su acompañante, una niña pequeña. El anciano sabio evolucionó, a través de varios sueños, hasta una especie de gurú espiritual. La niña pequeña se convirtió en “anima”, el alma femenina, que servía como medio de comunicación entre el hombre y los aspectos más profundos de su inconsciente.

Existe una anécdota, entre muchas, de cómo Jung aprendió a interpretar sus sueños y llegó a predecir la WW II: Empieza con un duende marrón que apareció como celador de la entrada al inconsciente. Era “la sombra”, una compañía primitiva del Yo de Jung. Jung soñó que tanto él como el duende, habían asesinado a la preciosa niña rubia, a la que llamó Siegfried. Para él, esta escena representaba una precaución con respecto a los peligros del trabajo dirigido solo a obtener la gloria y el heroísmo que prontamente causaría un gran dolor sobre toda Europa. Este dolor era la Segunda Guerra Mundial.

Fue así, como se empezaron a dilucidar para él los arquetipos y el significado de los sueños, y cómo los arquetipos se comunicaban a través del inconsciente.

Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del inconsciente colectivo más claramente que otras. La experiencia de amor a primera vista, el déjà vu (el sentimiento de haber estado anteriormente en la misma situación) y el reconocimiento inmediato de ciertos símbolos y significados de algunos mitos, se pueden considerar como una conjunción súbita de la realidad externa e interna del inconsciente colectivo. Otros ejemplos que ilustran con más amplitud la influencia del inconsciente colectivo son las experiencias creativas compartidas por los artistas y músicos del mundo en todos los tiempos, o las experiencias espirituales de la mística de todas las religiones, o los paralelos de los sueños, fantasías, mitologías, cuentos de hadas y la literatura. 3

Un ejemplo interesante que actualmente se discute es la experiencia cercana a la muerte. Parece ser que muchas personas de diferentes partes del mundo y con diferentes antecedentes culturales viven situaciones muy similares cuando han sido “rescatados” de la muerte clínica. Hablan de que sienten que abandonan su cuerpo, viendo sus cuerpos y los eventos que le rodean claramente; de que sienten como una “fuerza” les atrae hacia un túnel largo que desemboca en una luz brillante; de ver a familiares fallecidos o figuras religiosas esperándoles y una cierta frustración por tener que abandonar esta feliz escena y volver a sus cuerpos. Quizás todos estamos “programados” para vivir la experiencia de la muerte de esta manera.

 Arquetipos

Empecemos revisando los arquetipos que Jung identificó como principales:

La Sombra

La Sombra: representa la parte negativa del sujeto, el inconsciente reprimido. La sombra es la parte de nosotros que no podemos destruir. Nuestro lado que tenemos que confrontar y reconfortar.

En la teoría jungniana también hay espacio para el sexo y los instintos. Éstos forman parte del arquetipo llamado la sombra. Viene de nuestro pasado pre-humano y animal, cuando nuestras preocupaciones se limitaban a sobrevivir y a la reproducción, y cuando no éramos conscientes de nosotros como sujetos.

La sombra es amoral; ni buena ni mala, como en los animales. Un animal es capaz de cuidar calurosamente de su prole, al tiempo que puede ser un asesino implacable para obtener comida. Simplemente lo hace, no lo escoge, es su “naturaleza”, es “inocente”. Pero desde nuestra perspectiva humana, el mundo animal nos parece brutal, inhumano; por lo que la sombra se vuelve aquel lado de aquellas partes de nosotros que no asimilamos, o nos da vergüenza y miedo admitirlas.

Los símbolos de la sombra incluyen la serpiente (como en el Jardín del Edén), el dragón, los monstruos y demonios. Usualmente guarda la entrada a una cueva o a una piscina de agua, que representarían el inconsciente colectivo. Cuando te sueñes en conflicto con alguno de estos elementos, e inclusive alguna representación de un ser majestuoso, recuerda que puede ser una manifestación de tu inconsciente advirtiéndote que estás luchando contigo mismo.

La Persona

‘La persona representa nuestra imagen pública. La palabra, obviamente, está relacionada con el término persona y personalidad y proviene del latín que significa máscara. Por tanto, la persona es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo externo. Aunque se inicia siendo un arquetipo, con el tiempo vamos asumiéndola, llegando a ser la parte de nosotros más distantes del inconsciente colectivo.

En su mejor presentación, constituye la “buena impresión” que todos queremos brindar al satisfacer los roles que la sociedad nos exige. Pero, en su peor cara, puede confundirse incluso por nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. Algunas veces llegamos a creer que realmente somos lo que pretendemos ser.’

Anima y Animus

El Anima y el Animus. Anima: representa la parte femenina (Eros) presente en el hombre y generalmente reprimida por él. Su inversa es el Animus (Logos) o parte masculina presente en las mujeres.

Una parte de la persona es el papel masculino o femenino que debemos interpretar. Para la mayoría de los teóricos, este papel está determinado por el género físico. Pero, al igual que Freud, Adler y otros, Jung pensaba que en realidad todos nosotros somos bisexuales por naturaleza. Cundo empezamos nuestra vida como fetos, poseemos órganos sexuales indiferenciados y es solo gradualmente, bajo la influencia hormonal, cuando nos volvemos machos y hembras. De la misma manera, cuando empezamos nuestra vida social como infantes, no somos masculinos o femeninos en el sentido social. Casi de inmediato (tan pronto como nos pongan esas botitas azules o rosas, nos compren una figura de acción o una barbie), nos desarrollamos bajo la influencia social, la cual gradualmente nos convierte en hombres y mujeres.

En todas las culturas, las expectativas que recaen sobre los hombres y las mujeres difieren. Estas están basadas casi en su totalidad sobre nuestros diferentes papeles en la reproducción y en otros detalles que son casi exclusivamente tradicionales. En nuestra sociedad actual, todavía retenemos muchos remanentes de estas expectativas tradicionales. Todavía esperamos que las mujeres sean más calurosas y menos agresivas; que los hombres sean fuertes y que ignoren los aspectos emocionales de la vida. Pero Jung creía que estas expectativas significaban que solo hemos desarrollado la mitad de nuestro potencial.

El anima es el aspecto femenino presente en el inconsciente personal de los hombres y el animus es el aspecto masculino presente en el inconsciente personal de la mujer. Unidos se les conoce como syzygy. El anima puede estar representada (personificada) como una joven chica, muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre tierra. Usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida misma. El animus puede personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente como un grupo de hombres, y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso argumentativo.

Jung sobre el Anima: (En el hombre) existe un imago no sólo de la madre sino de la hija, la hermana, la amada, la diosa celestial y la diosa infernal. cada madre y cada amada está obligada a convertirse en portadora y encarnación esta imagen omnipresente y eterna, que corresponde a la realidad más profunda de un hombre. A él le pertenece esta peligrosa imagen de Mujer; ella representa la lealtad, a la cual el debe a veces renunciar en beneficio de la vida; ella es la muy necesaria compensación por los riesgos, esfuerzos, sacrificios que terminan en desilusión; ella es el consuelo de todas las amarguras de la vida. Y, al mismo tiempo, es la gran ilusionista, la seductora, que lo arroja a la vida con su Maya -y no sólo a los aspectos razonables y útiles de la vida, sino a sus terribles paradojas y ambivalencias donde el bien y el mal, el éxito y la ruina, la esperanza y la desesperación, se contrapesan entre sí. Ya que ella constituye su mayor peligro, ella exige lo mejor del hombre, y si él lo posee, ella lo recibirá.

Jung sobre el Animus: La mujer es compensada con un elemento masculino, y, por lo tanto, su inconsciente tiene, como quien dice, un sello masculino. Esto resulta en una considerable diferencia psicológica entre el hombre y la mujer, y por consiguiente, he llamando animus, que significa mente o espíritu, al factor proyectivo en la mujer. El animus corresponde al Logos paterno, así como el anima corresponde al Eros materno.

El animus es el depósito, por así decirlo, de todas las experiencias ancestrales de hombre que tiene la mujer (y no sólo eso, también es un ser creador y procreador, no en sentido de la creatividad masculina, sino en cuanto a que genera lo que podríamos llamar…la palabra espermática.

Al igual que el anima, el animus tiene también un aspecto positivo. A través de la figura del padre, expresa no sólo opiniones convencionales, sino también lo que llamamos «espíritu», ideas filosóficas o religiosas en particular, o más bien la actitud resultante de ellas. Así, el animus es un psicopompo, un mediador entre lo consciente y lo inconsciente y la personificación de este último.

El anima y el animus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el inconsciente colectivo en general y es importante llegar a contactar con él. Es también el arquetipo responsable de nuestra vida amorosa: como sugiere un mito griego, -que llegó a mí gracias a un sujeto llamado Taty quien respondía mails en la edición argentina del manga I”S de Masakazu Katsura- estamos siempre buscando nuestra otra mitad; esa otra mitad que los dioses nos quitaron, en los miembros del sexo opuesto. Cuando nos enamoramos a primera vista, nos hemos topado con alguien con quien hemos podido proyectar nuestro arquetipo anima o animus particularmente bien.

Jung distinguió cuatro etapas esenciales del desarrollo del anima y del animus.

Etapas del Anima: Eva, Helena, María y Sofía.

– Eva (La Madre): es un aspecto que deja al hombre reducido al papel de hijo, aniñado y dependiente.

– Helena (La Mujer Seductora): Responde a la fantasía del ideal sexual. En su aspecto negativo, es la imagen de La femme fatal, que seduce y atrapa (símbolo de la vagina dentada)

– María (El Hada): Es la imagen de la mujer etérea, incorpórea e intangible; Es el ideal de dulzura, belleza y suavidad, y está relacionado en el hombre a la irrupción de los mundos emocionales; aspecto que suele aparecer en la crisis de la mediana edad, junto con la necesidad de expresar facetas artísticas y una mayor sensibilidad.

– Sofía (La Sacerdotisa): Es la imagen relacionada al ser o guía interior y la búsqueda de propósito  y  trascendencia.2

Etapas del Animus: Hércules, Apolo, Sacerdote, Hermes.

La primera etapa vendría representada como personificación del poder físico, el hombre musculoso o el atleta. Su simbolismo recaería en Hércules.

En la segunda etapa el Animus posee iniciativa, es capaz de realizar actos premeditados, existiendo un deseo de independencia y un desarrollo intelectual, económico y profesional: Apolo.

Como tercera etapa se produce una transformación en la palabra, figurándose como profesor o sacerdote.

Y finalmente, como última y más elevada manifestación se alcanzaría por parte del Animus la encarnación del significado, constituyéndose en el mediador entre consciente e inconsciente: Hermes.3

El Self

El self como hemos mencionado antes, es la totalidad, diríamos que el arquetipo mayor, equivalente al nirvana budista. El Self representa la trascendencia de todos los opuestos, de manera que cada aspecto de nuestra personalidad se exprese de forma equitativa. Por tanto, no somos ni masculinos ni femeninos; somos ambos; lo mismo para el Yo y la sombra, para el bien y el mal, para lo consciente y lo inconsciente, y también lo individual y lo colectivo (la creación en su totalidad). Y por supuesto, si no hay opuestos, no hay energía y dejamos de funcionar. Evidentemente, ya no necesitaríamos actuar.

Si intentamos alejarnos un poco de las consideraciones místicas, sería recomendable que nos situáramos en una postura más centralista y equilibrada de nuestra psique. Cuando somos jóvenes, nos inclinamos más hacia el ‘Yo’, así como en las trivialidades de la persona. Cuando envejecemos, claro, si envejecemos ‘sabiamente’, nos dirigimos hacia consideraciones más profundas sobre el self y nos acercamos más a la sociedad, la comunidad, hacia la vida y hacia el mismo universo. La persona que llega al self no conoce el ego.

Y ahora como bonus track, revisaremos el Arquetipo favorito de Jung:

El Mandala

Mandala

El Mándala: representación de la armonía perfecta de los opuestos, su integración total en el psiquismo. Según Jung, el presente y el futuro existen simultáneamente y conforman una totalidad.  Esta totalidad seria la memoria de la humanidad y el alma del universo, una súper conciencia cósmica a la cual todo está ligado.

Para Jung el Mandala expresa a la deidad (dios) o al self (mandala no es lo mismo que self, solo una representación), representa el arquetipo del orden interior. Se manifiesta en los sueños cuando hay la necesidad de orden en la vida, la búsqueda de un centro que no es el ego, sino la totalidad, aquella totalidad llamada self. El ego es simplemente una parte de la personalidad, en el centro del Mandala se representa la personalidad completa. Jung lo consideraba el arquetipo principal.

La personalidad completa del ser no se trata de buscar la perfección, no, aquí se trata de encontrar tu totalidad, asimilar tu divinidad, tu numinosidad. ¿Tu qué? ¡Numinosidad!, sí, numinosidad, repítela hasta que pierda sentido. Es hermosa. Ah, esta palabrita, de las favoritas de Jung y mías. Numinosidad viene de numen, palabra que tiene dos significados:

1.- Numen: Deidad o divinidad que adoran los gentiles.

2.- Numen: Inspiración del artista. (Útil especialmente para quienes buscan el ‘masculino’ de musa)

La numinosidad, según Jung, es una cualidad esencial de los arquetipos; aquel carácter sagrado que poseen, la fuerza, el reconocer en ellos una entidad real. Jung sobre esto, muy poéticamente diría: “Para los alquimistas [los arquetipos] eran semillas de luz transmitidas en el caos… el proyecto germinal de un mundo por venir… Uno tendría que concluir a partir de estas visiones alquímicas que estos arquetipos tienen cierto resplandor, o cuasi-conciencia, y esa numinosidad contiene luminosidad”

Es por esta numinosidad que Jung trata a los arquetipos y al inconsciente como un ente propio, a pesar de carecer de forma en sí mismo, actúa como un agente organizador, o un agente del caos, sobre las cosas que hacemos. Ej: Al principio, el bebé solo quiere algo de comer, sin saber lo que quiere. Es decir, presenta un anhelo indefinido que, no obstante, puede ser satisfecho por algunas cosas y no por otras. Más tarde, con la experiencia, el bebé empieza a anhelar cosas más concretas cuando tiene hambre (un biberón, una galleta, una langosta a la brasa, un pedazo de pizza de $2.50 con una salsa verde indescifrable). La numinosidad los hace una deidad capaz de poseer y controlar a su usuario. Pueden dejarte estancado en una sola historia y no avanzar jamás. Por esto Jung aconseja conocer a tus complejos, confrontarlos, derrotarlos y avanzar.

El Camino del Héroe

El Camino del Héroe

 Continúa…

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