De Doppelgängers y Dobles Caras

doppelgänger

Todos hemos escuchado alguna vez aquella historia que dice que cada persona tiene un doble exacto en este mundo y bla bla bla, o quizá algún amigo te comentó ‘¡hey, acabo de ver a un/a imbécil/a igualito/a a ti!’, hasta lo hemos visto con nuestros propios ojos; alguien pasando por la calle y quedándote literalmente boquiabierto ya que parece que estás viendo a tu hermano gemelo: ‘¡somos dos gotas de agua!’ exclamaste, o quizá hayas estado pasando por una tienda de espejos y tú andabas en el quinto vuelo de las vimanas hitlerianas psicodélicas. Pues bien, este fenómeno de encontrarte con tu ‘doble’ tiene un nombre, sí, una palabrita muy hermosa que muchos de ustedes ya han escuchado, por supuesto es una palabra que proviene de los amos de las conceptualidades en sus vocablos, ¿adivinan? ¡Sí! Los alemanes, ay estos alemanes sacaron la cara por todas las lenguas bárbaras y la convirtieron en la lengua más completa y compleja del mundo, luego de nuestro amado español por supuesto, pero ¡ah, la palabra, sí, sí! La palabra es Doppelgänger, ¡sí, finalmente, repítala, Doppelgänger, Doppelgänger!

Ahora sí, seamos serios, Doppelgänger (Doppelgänger, Doppelgänger! Qué bonita ä) es una palabra que sirve para referirse a tu doble fantasmagórico, y significa literalmente ‘el que camina a tu lado’, uy que miedo, ¡pero no tema!, ya que según las tradiciones germanas si te llegas a topar con tu Doppelgänger significa una sola cosa… ¡tu muerte! Así es, ahora sí tema.

Han existido diversos casos de Doppelgänger a lo largo de la historia, unos han sido muy bien documentados mas no comprobados, otros han sido convertidos en hermosa literatura, películas, y otros han servido para alimentar el morbo por lo paranormal en personas como usted o como yo, su misión más noble quizá.

Revisemos algunos de los casos antes de pasar al caso principal:

doppel Goethe

Guy de Maupassant, el novelista francés y escritor de cuentos -sobre quien he deseado escribir hace mucho pero aún no se me ha presentado la oportunidad o mi pereza no lo ha permitido-, afirmó que había sido perseguido por su doble cerca del final de su vida. En una ocasión dijo que este doble entró en su habitación, se sentó frente a él y comenzó a dictar lo que de Maupassant estaba escribiendo. Escribió sobre esta experiencia en su cuento «Lui» (¿Él?) .

John Donne, el poeta inglés del siglo XVI cuyo trabajo a menudo se refirió a la metafísica, fue visitado por un doppelgänger mientras estaba en París – no el de él, sino el de su esposa. Este ente se le apareció con un bebé recién nacido. La esposa de Donne estaba embarazada en el momento, pero la aparición fue un presagio de gran tristeza. En el mismo momento que el doppelgänger apareció, su esposa había dado a luz a un niño muerto.

Percy Bysshe Shelley, considerado uno de los más grandes poetas del idioma Inglés, se encontró con su doble en Italia. El fantasma señaló quedamente hacia el mar Mediterráneo. No mucho tiempo después, y poco antes de su cumpleaños #30 en 1822, Shelley murió en un accidente de navegación – se ahogó en el mar Mediterráneo.

Reina Elizabeth I de Inglaterra se sorprendió sobremanera al ver a su doppelgänger tendido en su cama y a su lado. La reina murió poco después.

Johann Wolfgang von Goethe; este caso sugiere un punto de vista atemporal y dimensional de los doppelgängers. El mismo Goethe nos cuenta en su autobiografía que se vio a su doble mientras viajaba en la carretera a Drusenheim. Su doble exacto venía hacia él en caballo en un traje que él jamás había usado: un traje gris adornado en oro. Cuando se vieron de cerca el doppelgänger desapareció. Ocho años después, Goethe estaba nuevamente viajando por el mismo camino, pero en la dirección opuesta, de repente se dio cuenta que llevaba puesto un traje muy gris adornado en oro, ¡el mismo que había visto en su doble ocho años antes! ¿Acaso Goethe experimentó el salto dimensional o en el tiempo?

El famoso caso de Emilie Sagée y su Doppelgänger

Emilie Sagée, un caso clásico de bilocación

Cuenta la leyenda que Emilie Sagee había enseñado en dieciocho escuelas diferentes, dieciocho escuelas de las que había sido despedida a causa de extraños fenómenos y sucesos que la acompañaban. ¿Qué tipo de fenómenos y sucesos? Por ejemplo cuando Sagée estaba escribiendo en la pizarra mientras enseñaba a su clase, de repente una réplica exacta de Emilie aparecía de pie junto a ella imitando sus movimientos. Era su imagen exacta, excepto que no tenía en la mano un trozo de tiza, ni mostraba emoción o gesto alguno en su rostro, era una imagen fantasmagórica que dejaba perplejos y aterrorizados a sus alumnos.

En otra ocasión, cuando Emilie trabajaba en la Pensionat von Neuwelcke School (escuela femenina) las niñas, mientras estaban en clase de bordado (testimonio fidedigno de la baronesa Julie von Güldenstubbe, una ex alumna de la mencionada institución) podían ver claramente a Sagée en el jardín recogiendo flores de la escuela. Mientras veían esto el Doppelgänger de Sagée apareció en la clase y se sentó inmóvil en la silla del profesor. Dos chicas trataron de tocar la aparición, pero se encontraron con una extraña resistencia y no fueron capaces de penetrar en el aire que rodeaba a la entidad. Sin embargo, una niña, caminando entre la silla de la maestra y la mesa -dueña de unos nervios de acero y un coraje sin par- pasó a través de la aparición, luego ésta desaparecería lentamente.

Luego de estos terribles acontecimientos los padres de las niñas, alarmados totalmente, retiraron a sus hijas de aquel colegio para internarlas en otros. De las 42 muchachas que se encontraban en el “Pensionado de Neuwelcke” en 1845, quedaron sólo 12, dieciocho meses después. La señorita Sagée, a pesar de su don para la enseñanza y vasto conocimiento, fue despedida inmediatamente por el director.

Sagée era absolutamente inconsciente de lo que estaba pasando y ella se daba cuenta del fenómeno debido a la expresión de pánico en los rostros de las personas que atestiguaban las visitas de su doble. Luego de haber experimentado esto constantemente Emilie ya se había acostumbrado a darse cuenta que al ver rostros asustados y ojos fijos en algo invisible que parecía moverse cerca de ella, significaba que su doppelgänger estaba de visita. Sin embargo ella jamás vio a su doble, ni se había dado cuenta que cuando éste aparecía se ralentizaban sus movimientos y se ponía muy pálida, al parecer la aparición robaba su energía.

Su capacidad de bilocación se ha convertido en uno de los casos más testigos y documentado de un Doppelgänger en la historia.

Pasemos un poco de los doppelgängers. Existe otra historia contada por el mismísimo Abraham Lincoln que dice que el día que se enteró que fue electo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (uff) se miró en el espejo y se vio con dos caras, ¡dos caras! Una más pálida que la otra pero dos al fin. Con la emoción de la noticia presidencial no hizo mucho caso de aquello, sin embargo no lo olvidaría y lo comentó con su esposa y conocidos. Ésto le volvió a suceder dos veces más, y su esposa, muy práctica, le dijo que aquello era un presagio que iba a ser reelecto, y que la segunda cara pálida significaba simplemente ‘no ver al pasado’.

Esta historia nos lleva a nuestro siguiente escalofriante personaje, aquél que les deseará los dulces sueños:

El original Dos Caras: la espeluznante historia de Edward Mordrake

Edward Mordake

El año 1887, en la cuna de una familia aristocrática nacía un niño que estaba destinado a ser la pieza clave en la inmortalización del apellido Mordrake, no por su gallardía, sus dotes para la escritura y su habilidad con el violín, sino porque el pobre Edward nació con una deformidad de las raras y fascinantes de la historia; nació con un rostro extra en su nuca.

Sí, digiéralo, imagine tener un rostro semi deforme en la nuca, mueve los ojos, mueve los labios, ríe espeluznantemente y llora tétricamente, nadie escucha lo que dice más que usted, y las cosas que dice son tan terribles que Edward estaba seguro que su rostro extra provenía del mismo infierno. Todo ésto manifestaba el segundo rostro, todo a la hora en que Edward se disponía a descansar, como lo podrán imaginar, algo imposible. El mísero Edward vivió la mayor parte de su vida en reclusión, y al ver que los médicos no iban a poder hacer nada por su condición, tomó la decisión de acabar con su vida a la edad de 23 años, no sin antes agradecer a sus padres y hermanos por el cariño y afecto recibido, y dejar muy en claro que el segundo rostro sea extirpado por completo para así finalmente poder descansar en paz.

Casos similares e igual de alucinantes son los de Chang Tzu Ping y Pasqual Pinon. Sin embargo la historia de Edward es la que más se ha romantizado a lo largo de la historia, hasta el mismísimo Tom Waits le escribió una canción:

Así termina nuestras historias de dulces sueños por el día de hoy, ya volveré con más casos paranormales para que deje de contar ovejitas.