Historia del Rock en Ecuador IV: Los Hippies (Banda)
Publicado: agosto 25, 2013 Archivado en: Ecuador, Historia del Rock en Ecuador, Los Hippies | Tags: Atahualpa Rock, bajista, banda, Fausto Ribadeneira, Fausto Ribadeneira Garófalo, Grupo Boddega, Grupo Bodega, Gustavo Pacheco, historia del rock Ecuador, historia del rock ecuatoriano, Homero Gallardo, Los Hippies, miguel gallardo, Super Grupo Boddega 3 comentariosDueños estilo muy particular, la agrupación guayaquileña Los Hippies representa el más importante paradigma sesentero de los inicios de nuestro rock. El inicio de Los Hippies se remonta hacia 1967, cuando Miguel Gallardo y Héctor Napolitano comandan la gesta para conformar una agrupación de características rocanroleras. Se dice que por aquel entonces ya empezaba a surgir una que otra banda de corte netamente rock.
Ubicados en una casa en el centro de Guayaquil, inician sus primeros pasos musicales, con ensayos de varias horas donde tocaban covers de lo mejor de la escena inglesa y norteamericana. A Miguel y Héctor se les unieron Pepe Ordoñez como vocalista, Enrique Alín como bajista, Carlos “El Capo” como baterista, y más adelante Homero Gallardo en los teclados. Todos los integrantes bordeaban los 14 y 17 años.
Napolitano eventualmente dejó el grupo para integrar Los Apóstoles, siendo suplantado por un guitarrista chileno llamado Claudio, quien duró muy poco tiempo siendo reemplazado por Alamiro Gonzáles.
Psicodélicos por “Los Escarabajos”
En aquellos años la música de The Beatles era un fenómeno mundial, al inicio gran parte del repertorio de Los Hippies eran covers de The Beatles o canciones inspiradas en ellos. Luego siguieron absorbiendo la influencia de bandas como Led Zeppelin.
Tras varios meses de ensayos intensivos el grupo encontró su sonido. Homero Gallardo recuerda: “Nosotros éramos un grupo de rock fuerte, no ‘fresa’. Adoptamos el nombre de Los Hippies a propósito de la corriente que se vivía en esos años, lo que contrastaba nuestra imagen de chicos rebeldes de cabelleras largas y de vestimenta colorida, psicodélica, llena de flores y figuras. Nosotros fuimos la primera banda que hizo rock en el Ecuador.”
Continúa: “Por cerca de dos años en los escenarios tuvimos muchas tocadas en varias ciudades, en la Costa principalmente, lugares cercanos a Guayaquil. Eran frecuentes las quermeses colegiales y las fiestas hippie privadas en domicilios de los amigos, o un poco más públicas en bares y discotecas, lugares a los que a veces nos negaban el ingreso por nuestras cortas edades e impedían que nos presentáramos en alguno de ellos”.
Lograron ganarse un gran número de seguidores y fanaticada incondicional, contaban con el total apoyo de sus familias, mas no así de sus maestros y directores de secundaria, provocando que la mayoría de los integrantes se retire del colegio, retomando sus estudios algún tiempo después.
Repertorio de 5 Horas
La banda poseía un repertorio de poco más de cuarenta canciones, hacían uso de todo su repertorio, especialmente, en aquellas fiestas privadas que duraban de 10 pm a 2 de la mañana. A parte de sus primeras canciones inéditas, también incluían covers de los mencionados Beatles, Led Zeppelin, y de Black Sabbath, Deep Purple, The Rolling Stones y The Guess Who.
Canciones de Protesta contra el Mundo
Una de estas canciones inéditas se titulaba “Protesta contra el Mundo”, que más adelante formó parte de su segundo EP que vio la luz en 1969 bajo el sello de Fedediscos, firma que les abrió las puertas desde que grabaron su primer 45 RPM en 1968, el cual contenía versiones de “One Is The Loneliest Number” de Three Dog Night) y “Gimme Gimme Good Lovin’” de Crazy Elephants. Como vemos, tenían un muy buen gusto estos muchachos.
One – Uno
Los Hippies compartirían escenario con Los Apóstoles, Las Hormigas, Los Corvets, Los Príncipes, y muchos más. Con algunos de estos participaron en un gran concierto que se llevó a cabo en el Coliseo Julio César Hidalgo de Quito.
Gimme Gimme Good Lovin – Dame dame amor bueno
En el trayecto de su vida musical, encontraron en la amistad con el legendario Pancho Jaime, su principal recurso para las presentaciones en vivo. En diciembre de 1970 fueron llamados a ser el grupo de planta del primer bar psicodélico del Ecuador, fundado por el mencionado Pancho “La Mamá del Rock”, llamado LOVE.
Prohibiciones y Boicots
Siendo el rock un género despreciado, satanizado e incomprendido por la conservadora sociedad ecuatoriana, muchas de las presentaciones de Los Hippies fueron censuradas, incluso el mismo alcalde de Guayaquil de aquel entonces, Asaad Bucaram, ordenó que se cancelen los conciertos de la banda por seis meses, con orden prisión si no acataban la orden. Lo que sumaba a los boicoteos conjuntamente con la Comisaría de Espectáculos acusándolos de alterar el orden público. Frente a esto la banda optó por camuflar su nombre original por algunas semanas por el de “Los Protesta”, y así participar en más presentaciones.
La Partida
El sueño de Los Hippies duró casi cuatro años. En 1971 el grupo no daba para más por varios factores que alteraron su continuidad. A partir de aquel momento Miguel y Homero Gallardo deciden terminar con el proyecto de ‘Los Hippies’ e incluyen a Gustavo Pacheco en sus filas, los llamados a ser nuestros La Pesada del Rock and Roll o nuestros Pescado Rabioso, cambiarían su nombre a «SUPER GRUPO BODDEGA» y una nueva leyenda nacería…
Mil agradecimientos a Orlando Mena cuya revista Atahualpa Rock es la gran base de toda la publicación.
Entrevista Con Homero Gallardo (Tecladista De Los Hippies) Cortesía Atahualpa Rock
Fotografías extraídas de la Fan Page oficial de Los Hippies
Historia del Rock en Ecuador III: Ramiro ‘El Negro’ Acosta
Publicado: agosto 5, 2013 Archivado en: Ecuador, Historia del Rock en Ecuador, Ramiro ‘El Negro’ Acosta | Tags: blues, Ecuador, el negro, Fausto Ribadeneira, historia del rock ecuatoriano, Ramiro Acosta, Ramiro ‘El Negro’ Acosta, rock 1 comentarioHace unos días pudimos disfrutar de un fantástico recital en el Quito Blues, el invitado de honor, como no podría ser de otra manera, era el inigualable Ramiro ‘El Negro’ Acosta. Pionero del rock en la ciudad de Quito, si mi Guayaquil tiene su Viejo Napo, Quito tiene su Ramiro Acosta. Poseído por un blue devil de aquellos que hicieron el pacto con Robert Johnson en el cruce entre la Autopista 61 y la 49, -acaso acá entre la Av. Guayaquil y Caldas- creador de la primera banda que se atrevió a rockear verdaderamente en la capital, y cabeza de muchísimos otros proyectos más que lamentablemente han caído en el olvido, aquí estamos nuevamente para hacerle justicia.
El Abuelo del Rock
Con sobrenombres que van desde Santana criollo, Hendrix de la Foch, hasta Abuelo del rock, en el mundo del espectáculo es más conocido como El Negro. Ramiro Acosta, un personaje que jamás ha pasado desapercibido, bigote abultado, grandes ojos, acento guayaco y aficionado de Barcelona. Según su estado de ánimo, su cabello largo le cobija hasta los hombros o le cae sobre la espalda con una gruesa trenza, lleva mamelucos. jeans o pantalones coloridos a lo hippie. Una gorra, boina, o sombrero adornan su cabeza ocultando aquellos pequeños arrebatos de furia cuando algo no le funciona bien con el sonido.
Indumentaria que lo hizo famoso en decenas de festivales de artistas nacionales, internacionales, en actos culturales, recitales, en teatros cerrados o al aire libre, en todos lados se lo ve a El Negro, detrás de sus enormes consolas.
Segundo de siete hermanos, Carlos Ramiro Lenin Acosta Silva es hijo de María Luisa Silva Novoa y Servio Tulio Acosta Yépez. Nació en Quito el 11 de marzo de 1952, aunque muchos crean que es guayaco. Sus aires de costeño los adquirió de niño, cuando vivió con su familia por algún tiempo en Guayaquil y Milagro (Guayas). Pero hay también quienes le dan como carchense, con lo que confirma su carácter camaleónico.
Miembro de una familia, hasta cierto punto nómada, la casualidad lo llevó a nacer en la capital. También vivió en Cuenca por un año, cuando cursaba el cuarto grado de escuela. Luego viajó a pasar la temporada de vacaciones en Tulcán donde sus parientes y terminó quedándose por dos años. De ahí la errada tesis de considerarlo carchense.
Primeras Influencias
Su mayor influencia fue su padre, el músico de conservatorio Servio Tulio Acosta Yépez y su abuelo Carlos, figuras musicales carchenses de larga trayectoria. Sin embargo el rock llegó hacia él gracias a su hermano mayor Gorky.
Ramiro siempre tuvo madera de artista. A la edad de cinco años interpretó clásicos de la música mexicana en la radio La Voz de Milagro, acompañado del músico Humberto Santacruz. Luego recibió de su papá un regalo inolvidable: un disco de Tchaikovsky y otro de Korsakov. Y esto no fue todo, a los 6 años, su abuelo le obsequió una guitarra de juguete y así se fomentaban las bases de la gran pasión de su vida; la música. Poco a poco iba llegando la ola rock ‘n’ roll a los lares quiteños, entre 1965 y 1966 ya empezaban los primeros grupos a tantear el rock tímidamente. Entre estas primeras agrupaciones podemos mencionar a Los Golden o Los Flipers, ambas agrupaciones con su hermano Gorky en la guitarra.
Desde pequeño abandonó su hogar en busca de la aventura. Culminó la escuela y asistió al colegio Central Técnico. Vivió en algún pequeño cuarto de San Roque, la 24 de Mayo, La Floresta, La Vicentina o Los Dos Puentes. El Negro, por muchos años hizo de todo para poder sobrevivir. Tenía 15 años, mientras estudiaba trabajaba rebobinando motores de autos. A partir de los 16 dio clases particulares de física y matemáticas. Y también le hizo al campo, ya de regreso a casa, junto a su madre debió asumir el huerto familiar de naranjilla en el oriente ecuatoriano, luego que su padre fuera a trabajar en una petrolera. Por aquellos años ya llegaban a sus oídos los que serían sus mejores referentes musicales: Jimi Hendrix, The Rolling Stones, Eric Clapton, The Beatles, y Carlos Santana.
Inicia el Vuelo
En un conjunto del Central Técnico empezó su historial como músico. Los intercolegiales lo consagraron como un prodigio de la música. Sin embargo enfrentaba conflictos ideológicos internos: o ser músico, o un revolucionario seguidor del Che Guevara. Eligió las dos. En Quito fue de los primeros en dejarse el cabello largo, usar jeans de campana, y zapatos de plataforma. Vivía bajo el lema de ‘Haz el amor y no la guerra’, sembró el espíritu de Woodstock en estas tierras.
En el colegio, en cuarto curso, optaría por la carrera de Electricidad. Fue en estos años donde comenzó a reflexionar sobre la libertad y la revolución. Militó en frentes políticos estudiantiles y fue protagonista de algunas revueltas callejeras a favor de los derechos de los trabajadores o del pueblo indígena.
En el Conservatorio estudió guitarra, violín y canto por seis años, pero no terminó la carrera: prefirió retirarse cuando casi lo expulsan por hacer de la Serenatta de Schubert un blues y por interpretar la Quinta Sinfonía de Beethoven con guitarras eléctricas. Por estas épocas forma un grupo que se caracterizaba por hacer música con banjo, una suerte de bluegrass, con el que participó en un intercolegial en el colegio San Gabriel.
El Negro ya pintaba como músico en potencia, pero no podía avanzar a sus anchas con guitarras prestadas, contaba tan solo con el apoyo de su padre, don Servio Tulio, quien se las arregló para comprarle una guitarra, valiéndose de un viaje al exterior que hizo su hermano. Una guitarra sin marca, de mediana calidad, pero esta fue su primera eléctrica, a pesar que Gorky ya tenía la suya…
Preámbulo De La Tribu
Tras disolverse Los Golden y Los Flipers a finales de los 60s, varios jóvenes del grupo musical del colegio Mejía se contactan con Gorky Acosta. La idea era formar una banda de rock. Gorky acepta asumir la guitarra líder y el grupo empieza a funcionar. Al acompañar a su hermano a los continuos ensayos, Ramiro entabla amistad con el resto de los integrantes, especialmente con Marco Polo Romero, el vocalista. El grupo duró el corlo tiempo que les faltaba para terminar el bachillerato.
Los muchachos frecuentaban las llamadas misas a-go-gó’. Lo interesante de esto era que en las misas se incluía música religiosa con toques ‘nuevaoleros’. Los integrantes de lo que fue el grupo del Mejía formaban parte del grupo de la iglesia de El Girón (norte de Quito). Aparte, experimentaban con música de The Doors.
En cierta ocasión a El Negro también le inquietó asistir al Girón e integrar el grupo de sus amigos. Esto sirvió para ponerse al tanto de lo que hacían de forma paralela. Meses después, El Negro deshecha su proyecto colegial y se junta con los seguidores de Morrison: Fernando Benavides (batería), Marco Polo Romero (vocalista), Ernesto Alvarez (bajista) y Alvaro Sáez (guitarra). Así conformaron la fase preámbulo de lo que fue La Tribu. Estar en el grupo ‘a-go-gó-religioso’, les daba la oportunidad de aprovechar el espacio y los instrumentos para ensayar su música, eran mediados de 1969.
La Tribu
Sin instrumentos propios, la idea de formar una banda independiente se frustraba. No obstante, el padre del baterista era Comandante General de La Marina, así pudo conseguir, financiado por el gobierno, una guitarra, bajo, amplificadores y una batería, para su hijo, así los muchachos arrancaban con el proyecto que más tarde se llamaría La Tribu (1970 – 73), la primera banda verdaderamente rockera de Quito.
‘El Negro’ había cumplido dieciocho años cuando la ‘Nueva Ola’ rock n’roll estaba en su apogeo y La Tribu se consolidaba como banda. Es así que se lanzan a organizar los festivales de ‘Amor y paz’ en la Concha Acústica de la Villaflora, desde el 11 de marzo de 1972. Con su gran potencial interpretativo y creativo lograron liderar la etapa inicial del rock capitalino.
Una vida junto al rock
Con La Tribu irrumpió en bares, fiestas hippies y fueron los responsables de que La Concha Acústica sea identificada como la cuna y lumbre del rock en la Capital desde 1972. Mientras con su segundo grupo, Sueño De Brahamas (1975) penetró en el teatro Sucre (Quito centro), escenario que era solo para presentaciones clásicas y conservadoras, convirtiéndose en uno de los primeros ‘rockeros’ en tocar en un teatro importante en Ecuador. Con Sueño De Brahamas, proyecto favorito de Acosta, explora el hard rock y la experimentación total, esta banda fue su ‘Pescado Rabioso’ si hablamos en términos Spinettosos.
Este proyecto duró año y medio dando paso luego a Hombrecitos Idos (1977), experimento armado para un concurso, que por ese entonces organizó Coca Cola, en el Teatro Capitol. Aquí Acosta tocó el violín y aportó con cinco temas de su autoría; entre ellos, Sinfonía de ilusiones y Hombrecitos idos, la cual dio el nombre a la banda. Tras integrar un conjunto ambateño, formó parte de Sonido 6, grupo que luego se transformaría en Real Audiencia (1978), banda de tinte más comercial. Luego vendría Band (1979 – 1980) preámbulo del grupo Nova acompañado de la voz estelar de Tanya Bedach, popular cantante de aquellos años. Luego formó Manzana (1982) banda con la que versionó varios temas de The Beatles.
Amante de las innovaciones y las singularidades, Ramiro Acosta se unió a Héctor ‘El Viejo Napo’ Napolitano para hacer fusiones Country bajo el nombre de Chanchos Voladores. Posterior a este gran proyecto vendría Rock Cía., antes de consolidar su madurez musical en la tan afamada agrupación Tarkus (1983-1985) junto a la excepcional vocalista Diana Cárdenas, hoy radicada en EE.UU.
Participó en un sinnúmero más de proyectos tocando el violín, el bajo, la batería, la harmónica, etc., pero su fuerte siempre fue la guitarra eléctrica, y aún hoy es reconocido como uno de los mejores guitarristas que ha tenido este país.
Muchas de estas agrupaciones y proyectos lamentablemente no contaron con algún registro audiofónico, y quedaron simplemente en la memoria colectiva de aquellos rockeros, fieles seguidores de El Negro. Hasta hoy Acosta se lamenta por esto confesando que antes acceder a un estudio de grabación era virtualmente imposible para las agrupaciones y artistas de bajos recursos.
En 1993 participó en el concierto ‘Celebration’ realizado en la Plaza de Toros de Quito, junto a importantes músicos. Tiempo después el 21 de Junio de 1994 creó Fundación Santana, proyecto con el que compartió escenario con los franceses Mano Negra en la Plaza de San Francisco.
En 1997 junto a 50 músicos, artistas y técnicos, formó parte del festival ‘Aquellos años setenta’ festival homenaje a aquellos temas que marcaron el rock nacional y latinoamericano. En ese mismo año es contratado por Gamavisión (hoy Gama Tv) como responsable del audio del Festival OTI (Versión Ecuador).
Paralelo a sus bandas de rock y proyectos sonidistas, formó parte de una larga lista de orquestas como músico de apoyo. Por otro lado, a la música folclórica le guarda un gran respeto, pese a que jamás la interpretó; aunque reconoce su delirio por un yaraví. Para quienes desconocen su faceta de músico (rockero), él siempre estuvo arriba de las tablas, no abajo. Sin embargo uno de sus eternos anhelos fue tener un estudio de grabación. Por todo aquello en el 2003 volvió a los escenarios. Primero como parte del cartel para el concierto de EDITUS (Costa Rica) y después, el 28 de agosto para hacer KAYA, un experimento de fusión jazz andino, en compañía de Manolo Cáceres, Mauricio Vicencio, Stalin González y Andrés Benavides, que se presentó en el Teatro Nacional de C.C.E.
El Amo del Sonido
Sus primeros coqueteos con el tratamiento de audio y sonido comenzaron en su apogeo de músico, cuando al momento de las presentaciones todo se arruinaba por la inexperiencia y desinterés de quienes se encargaban de esto. Tras haber alcanzado el bachillerato decidió estudiar Ingeniería Eléctrica, como una forma de complementar sus aficiones. No llegó a graduarse, porque faltando seis meses se dio cuenta que su vida era la música. Del Conservatorio heredó la técnica -ninguno más ligado a la partitura que él- y de la Politécnica aprendió el manejo de las luces y los equipos.
Ramiro ‘El Negro’ Acosta comenzó en ‘las perillas’ en 1975, antes que aparezcan cualquiera de las empresas de sonido que existentes en el país. En 1987, por casualidad adquirió los equipos de su actual estudio. Hoy, su empresa de grabación y amplificación se llama ‘Acosta Producciones’, con estudios que cuentan con tecnología digital y multitrack, especial para grabaciones en vivo, con las que ha plasmado la música de los 4 del Altiplano de Chile, Quimera, Margarita Lasso, Hugo Idrovo, Sal y Mileto y un extenso etcétera…
Previo a inmiscuirse por completo en el mundo del sonido, conoció pequeños estudios de grabación que le permitieron grabar jingles y algunos anuncios publicitarios. Pronto se lanzaría con éxito al campo profesional. Acosta no era ningún novato en estos menesteres, ya que a sus 23 años tuvo su gran prueba de fuego, cuando fue técnico de sonido del cantante español Raphael en su paso por Ecuador. Desde ahí inició la larga lista de los artistas nacionales e internacionales que desfilaron frente a sus consolas.
Que Se Respeten Los Músicos Del País
Su experiencia es un reflejo de su pasión e ideología, de sus conocimientos y técnicas. ‘Acosta Sonotécnica’ fue su primera empresa. Aun corrían la década de 1980 y su trabajo era solicitado incluso fuera de Ecuador. Por éste y por muchos otros méritos, como el denominado espectáculo ‘1812’, realizado en el parque La Carolina en Quito, fue merecedor de grandes reconocimientos. Allí tuvieron que unir los equipos de toda la gente. Acosta fue el encargado de manejar 160 micrófonos. Y 18 minutos antes de que empiece el show le dijeron que el evento iba a ser televisado en vivo.
Pese a todos sus logros jamás abandonó su humildad. Se convirtió en un gran divulgador de sus conocimientos y ayudó a que varios sonidistas se profesionalicen. Recordemos que la carrera de Ingeniería en Sonido, y Producción Musical son relativamente nuevas en nuestro medio, carreras totalmente desconocidas en los tiempos del Negro.
Otra de sus luchas fue lograr el respeto para los artistas nacionales, recordemos que antes nuestros artistas ‘abrían conciertos’ solo para afinar los equipos antes del artista internacional de turno, lamentablemente aún seguimos viendo estos casos por estos días, afortunadamente, en menor medida.
Una Leyenda Viva
Acosta fue incluido en la Enciclopedia Ecuatoriana de la Música, en 2012 participó en su amada Concha Acústica recibiendo los honores que se merece una leyenda. Leyenda que sin embargo ha permanecido oculta para toda una generación, estoy seguro que el pasado viernes (03/08/2013) en el Quito Blues muy pocos habían escuchado de la existencia de Ramiro Acosta, pero con su talento que sigue intacto y su inigualable presencia musical, conquistó los corazones de todo Quito nuevamente, cada nota de su guitarra llegaba directamente al alma, por un momento nos transportó a Woodstock, él era Hendrix, ¡nuestro Hendrix! Muy pocos músicos tienen esa capacidad de hacerte volar con cada nota, espero siga siendo invitado a más festivales ya que él representa el verdadero rock de nuestro país, por esto y más ¡Larga vida al Negro!
Mil agradecimientos a Orlando Mena cuya revista Atahualpa Rock es la gran base de toda la publicación.
Fotografías Cortesía de Ramiro Negro Acosta Fan Page
Historia del Rock en Ecuador I: Pancho Jaime
Publicado: julio 1, 2013 Archivado en: Ecuador, Historia del Rock en Ecuador, Pancho Jaime | Tags: Abdalá Bucaram, Ecuador, García Moreno, Guayaquil, historia, historia del rock en Ecuador, León Febres Cordero, Pancho Jaime, pueblo, rock de Ecuador 14 comentariosHa sido verdaderamente fascinante redescubrir a este personaje, un verdadero hito en la historia musical y política de la República de Ecuador que lamentablemente ha caído el olvido, sobre todo en las nuevas generaciones que no tienen idea que alguna vez el Ecuador rockeaba de verdad, y en gran parte fue gracias a este personaje. Empecemos.
Pancho Jaime, Víctor Francisco Jaime Orellana, nacido en 1946, creció en Los Ángeles, sus padres se habían trasladado allí a principios de la década de 1950. Jaime pasó su adolescencia en la sección latina de Hollywood y se dice que hasta fue encarcelado por actividades violentas y estaba relacionado con algunas pandillas. Luego de varios impases lograría un diploma técnico en Ingeniería Mecánica y volvió al Ecuador cuando dicen, encontró una maleta de dinero en un basurero, para montarse en Guayaquil un taller mecánico, una revista de rock y tocar con su banda.1
Definido por el antropólogo ecuatoriano Xavier Andrade como la perfecta mezcla entre un hippie y un intelectual de la clase obrera, su actitud rebelde fue la tónica a lo largo de su vida, y su estadía en el país del norte en plena revolución del flower power lo influenció notablemente, es así que una vez de vuelta en Guayaquil (Ecuador), se compromete totalmente con la expansión del Rock en el país e inicia un ambicioso proyecto llamado Rock On.
Rock On era una revista con noticias del rock nacional e internacional que se publicó desde 1972 hasta 1985. El expendio de la revista era puerta a puerta, al principio no estuvo en ningún puesto de revista o librería. Mas con el tiempo y debido a la aceptación que tenían las publicaciones, se la llegó a difundir a nivel nacional.
Paralelamente a esto Pancho Jaime hacía de director, productor y locutor del programa radial “El Punto Veneno del Dial 1080” en Radio Noticia La Fabulosa, programa que duró muchos años y estuvo al aire todas las noches a partir de las 21 horas, fue gracias a este programa que logró enseñar a varias bandas ecuatorianas y así empezaba la escena rockera local.
Un Decenio a Full Rock
Se lo conocía como el gran promotor y productor de eventos y conciertos, muchas bandas conocieron lo que es tocar en vivo frente a un público ‘masivo’ gracias al gran Pancho Jaime. Por casi toda la década de 1970 estuvo inmerso en la vida bohemia, hasta que conoce a Araceli Zapata, mujer con quien tiempo después (1981) se casa y procrea dos niñas: Cinthia Yoconda y Génesis Lily Jaime Zapata.
En la década de 1980 Pancho Jaime funda el ‘Rock On Bar’ por aquel entonces situado en las calles Antepara y Gómez Rendón frente al colegio Guayaquil. Por el período de tres años más o menos le iba muy bien con el Rock On Bar, un templo del rock: música, videos, cerveza, alimentos, tragos livianos, camaradería pura entre todos los asistentes. Las estudiantes del Colegio Guayaquil siempre lo visitaban, algunas veces fugándose de clases, lo que puso en alarma a la Rectora de la mencionada institución y empezaron las denuncias… Pensando mejorar la situación, Pancho decide llevar el bar a Urdesa sin percatarse que, al ser éste un barrio residencial podrían surgir problemas mayores. Pero él, siempre poseedor de una personalidad rebelde, no aceptaba quejas ni reclamos y reaccionaba con provocaciones. El Rock On’ de Urdesa desde que se instaló ya dio de qué hablar, sobre todo cuando se le ocurrió incluir un póster gigante de una hoja de marihuana en la ventana del bar. Las quejas seguían llegando y las visitas de la policía eran constantes, ya que se rumoreaba que en el bar también se expendían drogas.
Nacido Para Ser Salvaje
El ser franco y directo caracterizaba a Pancho Jaime, y, por supuesto, en sus publicaciones también lo dejaba muy en claro, llegando a hacer observaciones y críticas incluso a sus amigos más cercanos. La revista seguía en auge pero los problemas con el bar seguían: en cierta ocasión las quejas por el “Rock On Bar” de Urdesa y las provocaciones subieron de tono transformándose en una rencilla personal con Alberto Borges del canal Ecuavisa. Al parecer éste hizo algún reportaje para impedir que el bar continúe en ese lugar.
Pancho Jaime no se iba a quedar de brazos cruzados y lanzó réplicas hacia Ecuavisa en artículos grotescamente directos desde la “Rock On” revista. Primero fue un artículo luego otro. Siempre directo. Algunas veces los editoriales se limitaban a un solo párrafo concreto, por ejemplo en la publicación de diciembre de 1983 el editorial decía: “Mi revista no tiene permiso porque decimos la verdad. La verdad no necesita permiso”. (F. Pancho Jaime)
A partir de esto la revista empezó a dar un giro. Los contenidos ya no eran únicamente de rock. Poco a poco Rock On se tornaba en una revista más política que musical. Pancho empezó a atacar a quien se metiera con él. Empezó a tratar temas muy delicados y muy personales. Es entonces cuando se ve en la necesidad de dejar la revista Rock On y crear una que se ajuste a la nueva temática política. Para llevar a cabo su cometido idea una revista – periódico de formato tabloide bajo el nombre de ‘Censura”. En esta publicación sus comentarios eran cada vez más fuertes. Se metió de lleno en la crítica política, dejó atrás los conciertos, su programa radial, su bar, e incluso la amistad de varias personas, ahora en todo lo que se centraba Pancho Jaime era en hacer que la población se rebele. Sostenía que a él nadie lo podía tocar y aducía que todas sus críticas y publicaciones estaban muy bien respaldadas. Con “Censura” llegó a editar 13 publicaciones.
“Un día lo van a Matar”
“Con estos energúmenos, no paridos por mujer alguna, sino cagados por una mula, León se siente seguro en el poder, porque si alguien la hace la contra, enseguida estos arrastrados hacen el trabajo sucio de eliminarlo, pero conocido es que durante los gobiernos de extrema derecha aparecen los llamados grupos subversivos, con la finalidad de hacer que quienes tienen el poder en mano, se acuerden del pueblo.” – Pancho Jaime
El 20 de noviembre de 1985 lo detienen por supuesta posesión de drogas. Sin confirman las presunciones es dejado en libertad en Marzo de 1986. Más tarde relataría que en aquellos meses de prisión fue llevado a la Gobernación del Guayas donde era golpeado y luego lo forzaban a comer su revista “Censura”. Tras estos acontecimientos decidió no volver a escribir en Censura y se dedicó a escribir un libro relatando algunas de sus experiencias surgidas a partir de la crítica contra la política y el gobierno, y sobre todo de la tortura recibida mientras estaba en prisión. El libro llevaba por título: ‘Otra Obra de León’ (en alusión a León Febres-Cordero, presidente de Ecuador por aquella época y contra quien Pancho Jaime luchó ferozmente) en la portada mostraba a una caricatura de Pancho Jaime tras las rejas con la leyenda “Tiene razón pero va preso”. El texto se editó el 15 de Junio de 1986 y tuvo dos reediciones.
A partir de la publicación del libro las amenazas a Pancho Jaime se incrementaron; llamadas telefónicas, cartas anónimas, la persecución política hacia él había iniciado y no iba a detenerse. Pero esto no amedrentaba a Pancho Jaime en absoluto, y vuelve a la carga con una nueva revista de crítica hacia el gobierno, con comentarios aún más fuertes que los de “Censura”, llamada “Comentarios de Pancho Jaime”.
Se llegaron a editar veinte publicaciones de esta revista, y en la edición #20 (Agosto, 1986) Pancho Jaime se muestra en la portada parodiando al entonces presidente Febres-Cordero junto a la leyenda “Gran Huevada ser Presidente”.
En sus publicaciones denunciaba abiertamente a jueces, políticos, diputados, generales, gente corrupta y corrompida por el poder, la gente de la alta sociedad y proletarios leían sus revistas sin falta, acaso salía la vecina noviecita del juez o acaso nos explicaban por qué subía el arroz.2
“Y un día lo mataron”
Debido a las diversas provocaciones de Pancho Jaime las amenazas contra su vida se incrementaron, su esposa le pedía todos los días que dejara la revista, “un día te van a matar” le decía todo el tiempo. De repente aquél fatídico día llegó.
Era un miércoles 6 de Septiembre de 1989, cuentan los testigos que dos sicarios vigilaban a Pancho Jaime en una camioneta blanca desde la calle Brasil, una cuadra antes de su oficina en Antepara y Gómez Rendón. A las 17:30 pm, mientras Pancho se disponía a regresar a su casa, los sicarios lo abordaron en la entrada de su oficina, le apuntaron con dos pistolas en la sien, cruzaron un par de palabras y le propinaron dos tiros; uno en el pómulo izquierdo y el otro en el pecho. En un intento por salvarle dos vecinos lo trasladaron al hospital al hospital Luis Vernaza, pocos minutos después falleció. Pancho Jaime tenía 43 años.
Diversas teorías y conjeturas se han dado alrededor del verdadero motor y autor de su asesinato, se dice que, al contrario de lo que la opinión pública en general podría pensar, el verdugo de Jaime no fue el presidente León Febres-Cordero, sino los dirigentes de un partido político que se vieron en verdaderos aprietos cuando Pancho Jaime amenazó con publicar unos cheques y cuentas que vinculaban a aquél partido con el narcotráfico:
“A Pancho Jaime lo mató la izquierda democrática, porque él iba a publicar la copia de los cheques que utilizarían para la campaña de Borja (candidato a la presidencia de Ecuador), dinero proveniente de un narcotraficante, él era un personaje muy público a nivel nacional e internacional para que sea asesinado en el régimen de León”. Diego Delgado, economista.
Larga vida a la Mamá del Rock
El día del sepelio lo acompañaron alrededor de 5000 personas, entre familiares, amigos, y seguidores. Un año después, el 20 de septiembre de 1990m algunas agrupaciones colaboraron con Araceli Zapata (viuda de Jaime) para llevar a cabo un concierto tributo a “la Mamá del Rock” en la esquina donde fue asesinado. Entre las bandas que participaron se cuentan a: Abraxas, Demolición, Blaze, el grupo de Henry Simisterra, entre otros. Evento que se repitió en el segundo aniversario de su muerte el 22 de Septiembre de 1991.
Para que vean un poco más de la sal y calidad humana de este personaje citaré esta anécdota de un “exlotero”:
“Yo conocí a Pancho Jaime cuando vendía boletos de lotería, tuve la suerte de vender sus revistas (me las fiaba por cierto) y ese capital usaba para comprar más boletos. Una vez le pregunte que por qué hablaba mal de un vendedor de cocos del Parque Centenario diciendo que era agente peruano y que en la carretilla tenía una radio de espionaje, y le pregunté que si atacaba a los políticos y poderosos, por qué lo atacaba a ese pobre vendedor de cocos, y él me contestó: -a ese pobre hombre casi nadie le compra coco, pero como la gente en Guayaquil es tan sapa, solo para averiguar si realmente tiene la radio y si es agente le va a comprar- …Nunca se vendió porque tenía principios, lo cual es muy escaso ya.(Jhonny Valencia Arámbulo, exlotero).”
Sin lugar a dudas Pancho Jaime será recordado como el principal precursor del rock en Ecuador, un caudillo popular al cual acallaron antes de tiempo, ahora más que nunca extrañamos a un personaje con aquellas características. Pancho Jaime, una leyenda que no debe ser olvidada.
1, 2: (Pancho Jaime, La Irreverencia)
Fotografías: (Pancho Jaime fb page)
Mil agradecimientos a Orlando Mena cuya revista Atahualpa Rock es la gran base de toda la publicación.